La serie Señorita 89 llegó a su segunda temporada en la que se desarrolla una batalla entre las televisoras que desean imponer a su propia reina de belleza y esto pone en peligro al certamen.
La serie se adentra en el tortuoso mundo de los concursos de belleza, en toda la corrupción, en el ambiente de perdición por el que miles de jóvenes han pasado por alcanzar sus sueños de fama y riqueza, siendo presas fáciles de fuerzas oscuras dispuestas a pasar por encima de cualquiera para saciar sus bajos instintos, una producción bien hecha que se transmite por Universal+.
Conocido ya los personajes de la temporada anterior el elenco se enriquece con la actuación de Dolores Heredia quien da vida a La Madrina un personaje ligado al bajo mundo del crimen organizado, conversamos con la actriz sobre su personaje, la serie y las producciones en plataformas digitales y esto nos comentó:
“La historia tiene continuidad con las historias principales de estas jovencitas pero se incrementa con el viaje a las profundidades, a las entrañas de toda esa maraña que hay detrás. Que están allí en el fondo. Los personajes más crueles están mostrando mucho más su dureza, pues en muchos aspectos sigue siendo muy vigente toda esta historia que ocurre en otro momento de nuestras vidas pero que ahí está muy vigente”, dijo la actriz.
Uno de los factores que la actriz valora de su incursión en esta temporada es la posibilidad de coincidir nuevamente con el actor Juan Manuel Bernal, quien es uno de los actores más importantes de la actualidad: “Juan Manuel es fantástico, porque además es un villano muy vulnerable, eso lo hace muy interesante y en esta temporada se explora mucho más el origen de esa vulnerabilidad, se va al extremo en todos lados, en todos aspectos y los personajes, desde mi punto de vista, todos se enriquecen muchísimo más”, dijo.
“Siento que están mejor diseñados y afortunadamente en una segunda temporada permite a los actores conocer mejor a sus personajes. Como que las escritoras pueden abundar mucho más, irse para atrás, empezar a redondear la historia. Creo que eso es un acierto y a veces eso puede ser un riesgo, sobre todo cuando una historia es necesario contarla en varios capítulos y luego en varias temporadas”, añadió.
Para la actriz es importante en una serie aprender a darle continuidad pensando en el bien de la historia y del desarrollo de los personajes: “No hay que hacerlas por hacerlas. Alargar la historia de pronto podría ser un riesgo que los personajes se estiran tanto y sus problemáticas y sus sus historias se estiran tanto y eso como espectador uno lo sabe, lo percibe. Yo creo que ahí se va depurando un poco el lenguaje también”, comentó.
“Estamos utilizando el lenguaje propio de las series. Se va depurando. Hemos ido aprendiendo. Yo creo que todavía hay rasgos esenciales de las telenovelas que no nos podemos quitar de encima y que seguir haciendo estas series nos permite ir aprendiendo mejor a contar en episodios y en capítulos”, añadió.
Al respecto de esta conexión que hay con la esencia del lenguaje de las telenovelas en México la actriz habló de su experiencia: “Recuerdo fui parte de este equipo que creamos Capadocia, que es una una serie que inauguró este formato en México. Desde ahí ya detectábamos varios foros incluso para intentar analizar este nuevo formato que nos permitía hacer o por dónde podíamos navegar, cuánto podíamos explorar y cuánto dejar atrás de un formato que nos educó en muchos sentidos hasta emocionalmente a muchas familias y jóvenes”, expresó.
“¿Cómo dejarlo atrás?, No por desdeñarlo, sino porque era un formato…, es ya en este momento, un formato caduco y quiero dejar de lado totalmente que no es el género. El género utilizado es principalmente el melodrama en las novelas. No me refiero al género, me refiero más bien a una forma de contar y de privilegiar siempre como hilo conductor las historias de amor en un contexto melodramático y donde siempre las figuras se repetían y los conflictos casi eran los mismos. ¿Cómo quitarnos de encima esto? La principal cosa o paso adelante que yo puedo identificar, es la diversificación de historias”, enfatizó.
En ese sentido, en la actualidad cada vez más la industria audiovisual latinoamericana y, particularmente, la mexicana ha intentado abrirse paso a una competencia a través de un abanico diverso en las plataformas digitales: “Sí estamos contando de todo. Estamos contando en muchos géneros diferentes, estamos explorando de muchas maneras”, expresó.
“Fotográficamente hay una apuesta visual, hay una apuesta de interpretación, hay una apuesta en historias, hay una apuesta en sistema de producción y en presupuestos. Sí creo que ha habido un avance sustancial. Digamos que todo eso arrastra como una ola que puede llevar muchas cosas al mar y que el mar necesita y lleva todo eso a otro puerto, a otro sitio, es algo que está en movimiento”, continuó.
“Creo que hay mucho que hacer todavía, hay mucho que pensar sobre esto porque ciertamente nuestra comunidad. Hablando de todos los que intervienen en una producción, estamos pasando por un buen momento. En cuanto a cantidad de producción, lleva a ese otro punto en donde la calidad por fuerza se ve amenazada y es allí donde creo que es un momento de bien pensar las cosas que estamos haciendo y no solamente a nivel de pérdida o amenaza de calidad, sino a los beneficios propios”, siguió.
“Hablando de políticas públicas, de regulación, de cuánto invertimos y luego se está volviendo una cosa meramente mercadotécnica, no, y el ser creativo, el ser artista se está dejando de lado. Los panoramas o los espacios o los proyectos en donde tú de verdad puedas sentir que estás creciendo tu parte creativa, son pocos. Hay mucha oferta afuera y puedes ir eligiendo, pero todavía no estamos en ese punto, en ese momento en donde ese grueso de producciones te permite el crecimiento artístico, todavía son muy pocas las producciones, pero se puede ir depurando”, concluyó.
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