Escenario

‘Fiesta en la Madriguera’, una película sobre crecer en medio de la violencia sin glorificarla

ENTREVISTA. El director Manolo Caro y su elenco integrado Manuel García-Rulfo, Mercedes Hernández, Raúl Briones y Teresa Ruiz hablaron sobre el filme estrenado en Netflix

Niño rico y hombre contando dinero
Fotograma de 'Fiesta en la Madriguera'. Fotograma de 'Fiesta en la Madriguera'. (CORTESIA NETFLIX)

Después de cinco años sin hacer un largometraje, el realizador nacido en Guadalajara, Jalisco, Manolo Caro, regresa con Fiesta en la Madriguera, cinta para Netflix con la que regresa su mirada a su infancia a través de la historia de Tochtli, un joven metido en una situación de normalización de la violencia que suelta una mordaz crítica de humor negro al narco desde otra perspectiva.

Crónica Escenario charló con el exitoso realizador mexicano así como con algunos de los protagonistas de este filme, Manuel García-Rulfo, Mercedes Hernández, Raúl Briones y Teresa Ruiz.

Aunque Manolo Caro dijo alguna vez que no tocaría el tema del narcotráfico, ni pensaba trabajar con niños o animales alguna vez, en este proyecto se atreve a romper con ello. “Creo que el mayor reto y lo más importante para mí en el quehacer artístico es incomodarte, nunca entrar en una zona de confort, porque ahí es donde se mueren muchísimas de las posibilidades que tienes de conectar con la gente”, expresó.

“Las declaraciones que hice de no tocar estos tres temas, me confrontan con una novela que me inquietó muchísimo, que me hizo llorar y pensar mucho en mi niñez pero tenía esos tres elementos. Me tocó afrontarlo, sacarlo adelante y hacerlo con un equipo tan fuerte como el que está involucrado en Fiesta en la Madriguera”, agregó.

La cinta de Netflix basada en la novela de Juan Pablo Villalobos (No voy a pedirle a nadie que me crea, Ed.Anagrama), también tiene otra particularidad: es el primer guión que no escribe Caro, cayendo la labor en el ganador del Oscar, Nicolás Giacobone.

“Tuve la fortuna de que escribiera esta película y eso fue increíble porque él es una persona que todo el tiempo es muy inquieto y muy curioso. Siempre te está preguntando. Recuerdo los mensajes preguntándome sobre los comportamientos y la música que debían escuchar y yo le hacía playlists como referencias. Fue un proceso muy cercano y enriquecedor para mí”, comentó.

Fiesta en la Madriguera se centra en Tochtli (Miguel Valverde), un niño obsesionado con temas como la muerte o Francia que vive en este lugar aislado del mundo real gracias a su padre, Yolcaut (Manuel García-Rulfo), el narcotraficante más buscado del país, que ejecuta la labor del padre protector que miente con tal de que no salga dañado su hijo.

“Lo oculta por protegerlo, sabe que, por lo que hace en el mundo en el que vive, tiene esta cosa de cualquier día no va a estar”, reflexionó García-Rulfo sobre su rol.

“Al pensar en estos personajes siento que viven al día y por eso los lujos. Algo de eso pasa con su hijo, es consciente que un día él ya no estará con Tochtli y entonces lo quiere llenar de amor, de juguetes y demás, y mantenerlo en esa madriguera”, continuó.

La guía de este relato es, sin duda, Miguel Valverde, con quien el cast trabajó de buena forma como el corazón del filme. 

“Fue increíble, para mí fue una gozada verlo trabajar porque es muy espontáneo y está muy presente siempre, no tiene esta cosa de los niños, que es muy fácil meterlos en la situación donde tienes que decirles ‘aquí está pasando esto’ y empiezan a jugar. Platicamos antes de trabajar la química fuera de cámara, lo que me puso un poco nervioso, pero hicimos buena mancuerna”, expresó Manuel.

Trabajar con niños siempre es bien bonito, sobre todo si son hipertalentosos como Miguel. Llegó al set y creo que mucho de lo que él es lo trajo al personaje y creo que por eso Manolo lo casteó y nos enseñó mucho de quién era. Fuimos tanteando el camino alrededor de él y luego ir construyendo todo”, comentó Teresa Ruiz.

“En mi caso personal me fue difícil irme acercando mientras veía cómo con otros personajes tenía conexiones mucho más rápidas. Y al final de la película ya me abrazaba, estaba conmigo. Es muy bonito cuando es orgánico, cuando los personajes y las personas son lo mismo”, añadió la actriz que encarna a una de las amantes de Yolcaut, el padre de Tochtli.

Para Caro, trabajar con Valverde también le dejó un gran aprendizaje. “No había experimentado un rodaje con un niño tanto tiempo. En esta cinta en especial, él está todo el tiempo y eso pone otro ritmo. Fue como tener otro corazón en el set y es muy divertido, la verdad, porque ellos marcan completamente el tono o el cómo te llevas y te relacionas”, dijo.

“Miguel es muy loco, muy simpático, y tiene muchísima fuerza. Aunque es muy inquieto, no es de estos niños que te hartan, porque también de repente, tenía sus bajones. Pero aprendí muchísimo al trabajar con él”, agregó. 

Raúl Briones, quien da vida a Mazatzin, maestro de Tochtli, señaló otro punto interesante de esta historia. “Hay otra cosa muy bonita que plantea Manolo, que tiene que ver con que hay distintos tipos de familias, que no hay una sola y que además en un México, tan fragmentado, con tantas ausencias, de alguna forma hay que estar construyendo una”, explicó.

Creo que también la madriguera es eso, un grupo de animales de distintos orígenes que se reúnen a vivir en una cueva que crean donde el niño es el que va marcando la pauta de acuerdo a sus inquietudes, sus necesidades y a los distintos vínculos que crea. La construcción y la educación es colectiva y no podemos olvidar eso”, sumó.

Otro aspecto interesante es, justamente, el simbolismo que adquieren los nombres en náhuatl de los personajes que rodean la vida del joven protagonista, como Mazatzin, que equivale al venado.

En nuestra cultura y en distintos pueblos ha sido considerado como el maestro, el sabio, el que nos dio el sol, el que nos da el viaje astral a través de los sueños y a la vez es un símbolo de libertad. Entonces, de alguna forma, soy el único venado que puede librar esa reja de la madriguera”, comentó el actor sobre su rol.

“Al tener la perspectiva de allá afuera, hay una responsabilidad ética de ‘yo no puedo permitir que esto quede intacto’, porque si no, ese niño se va a convertir en un conejito disecado, igual que todos los otros. Él ofrece no sólo educación sino una oferta de perspectivas de desarrollo que no solamente sea morirte en una jaula de oro”, complementó Briones.

Mercedes Hernández forma también parte de este ensamble con Papálotl, cuyo nombre remite a la mariposa de obsidiana, su rol y el simbolismo que ella implica en la vida de Tochtli.

“Ella está ahí porque el niño necesita una mamá, alguien que le dé la seguridad de que si le duele la panza en la noche puede buscarla. Ella representa en ese sentido el hogar, la unidad, el cariño, la presencia, como suele ser en México. Pero me gusta mucho que en esta película también existe un gran padre”, dijo.

“Pero ella es una mariposa que, claro, poliniza, embellece, es esforzada y también libre. Aunque se la pasa trabajando, calladita y silenciosa y a veces regaña un poquito, está ahí dando unidad en la madriguera”, meditó.

Fiesta en la Madriguera tiene otra virtud al no glorificar ni hacer una apología de uno de los más grandes problemas del país: el narcotráfico. Al respecto, Raúl Briones dijo: “Es muy importante saber que la novela es una ficción que Juan Pablo construyó para su hijo, a pesar de que es de Jalisco, concretamente de Lagos de Moreno”, expresó.

Es muy hermoso que a través de una fábula y una ficción construida por un autor de una novela, tenga tanto impacto a nivel personal en un director como Manolo Caro. En ese sentido, tanto el arte como la realidad, todo el tiempo están dialogando y es inevitable y hay que seguirlos confrontando para que, en medio del encuentro entre el arte y la realidad, surja una cosa nueva, que es la reflexión y el diálogo”, continuó.

También es importante recordar que las historias que contamos los que hacemos cine, especialmente sobre el narcotráfico, no son historias bonitas. Los personajes no viven realidades bellas, sino que experimentan soledad, paranoia, tragedia. Y creo que ahí es en donde no hay un deseo de tener estas vidas”, complementó Ruiz, que anteriormente protagonizó la serie Narcos: México.

Finalmente, el realizador mexicano realzó la importancia de cambiar la perspectiva de esta problemática a través del cine. “Me parece importante dejar de hacer apología y darnos cuenta que nadie gana. Que ese niño está creciendo en un marco de violencia, aunque tenga todo este amor, que es muy doloroso y que probablemente sea huérfano después de esto, lo que es una locura”, destacó.

“Además, todo mundo puede empatizar con la cinta porque no hablas solamente del narco, sino del momento en donde te das cuenta que tus padres no son Superman y no son perfectos. Y por eso todos pasamos, invariablemente”, concluyó Caro.

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