Escenario

Fiona Palomo y la violencia sexual en ‘Un actor malo’: “Necesitamos llegar al ser más humano en el público ”

ENTREVISTA. La actriz protagoniza junto a Alfonso Dosal el más reciente filme de Jorge Cuchi en torno a un caso ficticio de denuncia de MeToo

Mujer llorando mientras habla por teléfono
Fotograma de 'Un actor malo'. Fotograma de 'Un actor malo'. (CORTESIA)

El segundo largometraje de Jorge Cuchi, Un actor malo, llegó para poner el dedo en la llaga sobre diversos temas que afectan a la sociedad, desde la violencia sexual se puede vivir en los sets de filmación, pasando por los extremos que llevan a la violencia y destrucción de todo lo que tocan. Con motivo del estreno de la cinta y el éxito que tuvo este fin de semana en taquilla, en Crónica Escenario tuvimos la oportunidad de charlar con Fiona Palomo, la protagonista.

Fiona, te conocimos por la comedia romántica, nos urgía verte en un papel como este. ¿Cómo te sentiste interpretando en Un actor malo a Sandra?

Fue maravilloso. Mi sueño como actriz siempre ha sido poder jugar con distintos géneros y este en particular, este tono de cine me encanta. Y me encanta poder contar una historia tan cruda. Es una tarea actoral dura y aparte tenemos unos planos secuencias de, no sé, seis, siete minutos, entonces era como teatro grabado, fue increíble.

Y todos mis compañeros son extraordinarios, de verdad, y son maravillosos seres humanos, entonces me ayudó muchísimo a trabajar con ese elenco y con Jorge Cuchi, que es un genio, yo lo adoro, lo admiro tanto. Y Sandra fue hermoso, fue como una cápsula de tantas emociones y de tanto silencio y tanto ruido y de tantas cosas por las que podría pasar alguien que vivió algo como esto. Fue un reto enorme, pero fue bellísimo.

Algo que me gusta mucho de esta película es que no tiene tapujos, no juega con él “eso no es”, es muy clara al respecto desde el inicio lo que está pasando. Como actriz, ¿cómo afrontas el reto de llevar algo tan fuerte en toda la película con estos silencios, con tan pocos momentos de sacarlo, para llegar, por ejemplo, a esta gran llamada telefónica que tienes, que es brutal para el espectador?

Creo que Cuchi hizo un trabajo extraordinario con eso porque así sucede. Creo que, como seres humanos, cuando nos pasa algo muy fuerte, a veces lo único que tenemos es silencio. Creo que a todos nos ha pasado, o a nosotros, o a alguien que conocemos o conocimos, que pasaron por algo muy duro o grave y que podrían parecer perfectamente tranquilos al respecto y realmente hay un dolor brutal que no han podido digerir.

Aparte, para mi personaje es incómodo. Estás en un set con otras 40 personas, estás esperando... Si ya de por sí es algo que te deja tan vulnerable, creo que menos tienes tiempo para digerirlo y entender qué sucedió en un entorno como ese. Creo que están increíbles los personaje de Patty, de Karlita, que la cuidan tanto y que la hacen hablar y decirlo, que si no, son cosas que realmente nos tragamos y no decimos nada y puede pasar mucho tiempo. 

En esta película, impacta verte realmente haciendo como tres personajes diferentes. Tenemos a la actriz de la película, tenemos al personaje de la película que está filmando y tenemos a Sandra en su juego diario y tenemos a la Sandra víctima de lo que acaba de suceder y todo el proceso que lleva. Como actriz, ¿cómo te preparaste para hacer estos tres personajes completamente diferentes y que al final de cuentas son la misma persona?

Me encanta que hayas notado eso. Fue tal cual como trabajar tres personajes, pero siendo una misma persona y es súper rico como actriz trabajar eso porque son capas que creo que tenemos en la vida. Desde un barniz social hasta cuando vas a trabajar y vas a saludar a tus compañeros y todo y cuando llega y está emocionada de estar haciendo esta película. Pero también Cuchi y yo dijimos que estaba como comenzando su carrera, pero tiene mucha confianza en sí misma, pero un poquito de nervio.

Es su primera escena en el metacine, entonces está padre porque es como una niña al final del día, haciendo eso, pero también con cierto nervio de estar en un set y luego una persona muy rota, que ni siquiera ha podido digerir lo que acaba de suceder pero que sigue, que tiene la empatía para seguir reconociendo a sus compañeros, incluso a Daniel, al personaje de Alfonso Dosal, le sigue dando como acuse de recibo de saber quién es y el no te reconozco, porque es una traición gravísima.

Creo que su silencio es muy lindo y también es muy real porque rompe con tu persona. Fue mucha tarea, obviamente, de escuchar o leer acerca de mujeres que han vivido algo como eso y un poquito por lo que pasan e irlo mezclando con el guión y buscando las escenas que me permitían jugar con esos elementos. Sí, fue maravillosa la tarea. Muy fuerte, pero maravillosa.

Esta película también sirve, de alguna manera, como una guía para las personas que sufren un acto violento como el de tu personaje. Para saber cómo reaccionar, porque a veces no se sabe cómo reaccionar. Desde qué hay abogados llamar, a qué instancias acudir, qué no hacer con tu persona. ¿Cómo te sientes sabiendo que acabas de hacer una película con un gran tema social que no es moralina?

Creo que una enorme parte de lo que queríamos causar a través de esta película es justamente crear conciencia acerca del tema, como evento y el abordarlo. Entonces, eso es algo como que muy específico tal vez para nuestra industria, pero siguen siendo cosas universales a las que tendrías que recurrir si sucediera algo. Me siento súper agradecida porque, para mí es lo más importante como actriz.

Yo necesito tocar a la gente, no me importa de qué manera sea, puede ser algo muy alegre o también puede ser algo así de crudo, pero necesito llegarle al ser humano, contarles algo, de una forma que lo puedas digerir, y que tenga un buen propósito. Entonces, me siento honrada. Aparte, admiro tanto a todo el elenco, a mis compañeros, a Cuchi, a mis productores. Entonces, estoy feliz y muy nerviosa de que ya salió.

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