Escenario

Pere Portabella, la voz discordante del cine español presente en la Mostra de Venecia

COBERTURA. ‘Constelación Portabella’ de Claudio Zulian fue estrenado en una sección paralela del Festival de Cine de Venecia dedicada a los clásicos junto a filmes sobre el legado de cineastas como Hayao Miyazaki

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Pere Portabella en ‘Constelación Portabella’ de Claudio Zulian

Pere Portabella en ‘Constelación Portabella’ de Claudio Zulian

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Sus tres primeras películas como productor -Los golfos de Saura, El cochecito de Ferreri y Viridiana de Buñuel- bastarían para inscribir su nombre en la historia del cine, pero Pere Portabella es también un director vanguardista y comprometido cuya obra ha llegado hasta el MOMA de Nueva York.

Su trayectoria, diversa, excéntrica y siempre atenta a lo que sucedía a su alrededor, desde la poesía a la política -también fue senador (1977-1979) y diputado en el Parlament (1980-1984)-, la recoge Claudio Zulian en el documental Constelación Portabella, estrenado este jueves en una sección paralela del Festival de Cine de Venecia dedicada a los clásicos.

El cine de ahora es muy convencional y creo que en este momento es bueno recordar y recibir una inyección de ganas de hacer cine de manera creativa, rompiendo las reglas, inventándose cosas, como hacía él”, dijo a EFE Zulian. “Pere tiene una personalidad propia que no imita a nadie, y a la vez no es imitado por nadie”.

Zulian y el productor Luis Miñarro, que le acompaña en Venecia, destacan de Portabella su “coherencia” y su “libertad”. Coinciden con él los críticos, historiadores y directores que participan en el documental, desde Esteve Riambau a Jonathan Rosenbaum, Manuel Borja-Villel o Luis E. Parés.

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Sólo tres cineastas españoles han sido objeto de una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York: Buñuel, Almodóvar y Portabella. Fue precisamente la producción de Viridiana de Buñuel, y el escándalo tras su triunfo en Cannes lo que interrumpió la carrera del catalán como productor.

Cuando empezó a dirigir él mismo lo hizo desde un lugar aun mas vanguardista. “Pere es el cineasta que quizás ha sido más sensible a las propuestas del arte contemporáneo, de las artes plásticas, era amigo de Tapies, de Chillida, de Saura (...) y su cine se abre a lo que estaba proponiendo ese tipo de arte”, señaló Zulian.

En el documental se recuerda que su primer corto, No compteu amb els dits (1967), situado entre la cultura pop y el arte conceptual, utilizaba el lenguaje publicitario para burlarse de la sociedad de consumo y también rodó varios cortos con Joan Miró.

Su primer largo, Nocturno 29, protagonizado por Lucía Bosé y sin guion tradicional, nace de la colaboración con el poeta Joan Brossa, al igual que Vampir Cuadecu, un filme sin diálogos rodado durante el rodaje del Drácula de James Franco, con Christopher Lee.

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Son películas que renuncian al argumento para explorar el lenguaje y en esa ruptura de la forma, según Zulian, ya hay un “profundo compromiso político”, más evidente en sus siguientes filmes.

En El sopar (1974), reunió a cinco presos políticos del franquismo en una mesa y en Informe general (1976), rodada unos meses después de la muerte de Franco, hablan los principales protagonistas de la Transición.

Constelación Portabella se proyectó en la sección Venezia Classici junto a filmes sobre el legado de cineastas como Hayao Miyazaki o actores como Jean-Piérre Léaud o Gian Maria Volonté.

En este mismo certamen presentó Portabella (Figueras, 1927) uno de sus últimos largometrajes, El silencio antes de Bach (2007) y también el corto Mudanza (2009) dedicado a Lorca.