El rapero mexicano Sandro Malandro, que este viernes actuó en el fronterizo Tecate, del norteño estado de Baja California, explica en una entrevista que compone sus piezas a partir de su historia para que el público “se identifique” con ella.
“Voy escribiendo lo que voy pasando. Lo hago para que, como son historias propias, los demás se identifiquen”, desgrana el joven artista, quien se dio a conocer en sus redes sociales.
Además, asegura que estas historias han evolucionado a lo largo del tiempo, a medida que su vida también cambiaba.
“No necesariamente siempre voy a tener que hablar del barrio cuando ya no estoy en él ni hago lo que hacía antes”, comenta. “Si estoy sacando canciones de que ando en la disco o que me topé con tal chava (mujer) y la conocí, fue porque pasó”, añade.
De hecho, Malandro señala que su último álbum, Yo solo quiero que me quieras como yo te quiero, tiene una importante “riqueza de instrumentos” que nutre a sus canciones, algo que sitúa el trabajo “como lo que es Sandro, Sandro nada más”.
“No es como el Sandro Malandro, que andaba por la calle y así”, añade.
Aunque su estilo de cabecera es el rap, no se encasilla en él y mezcla diferentes ritmos y temáticas, y prueba de ello son sus referentes, de mundos distintos.
Entre ellos, destacan el rapero Canserbero, originario de Venezuela, o los estadounidenses The Weeknd y Bruno Mars: “Siento como que no tienen mucho que ver entre ellos”, ríe.
Malandro, quien vivió 10 años en Estados Unidos, sitúa como esencial el contacto visual con el público, sobre todo cuando está encima del escenario.
“Me gusta mucho hacer contacto visual con la gente. Voy con mis lentes, me aviento (interpreto) dos o tres canciones, pero llega un momento en el que digo: ‘tengo que quitármelos y mirar a las personas’”, se sincera.
Le gusta “acercarse a la gente y cantarle de frente” para ofrecer “ese espectáculo que esperan ver”.
“Hay muchos artistas que, detrás de un teléfono, enseñan algo, lo que saben hacer, (...) y llega el momento de que cantas en vivo y están bien tímidos”, lamenta.
Sin embargo, el rapero originario de Reynosa, en la frontera con Estados Unidos, destaca el rol de las redes sociales en su carrera, pues TikTok lo catapultó hacia el reconocimiento, pero no se declara “muy metido” en ellas ni un tiktoker.
En Instagram, cuenta con 200 mil seguidores y, en TikTok, 671 mil, la plataforma donde más adeptos tiene.
“Si estoy activo haciendo música, ahí me vas a ver publicando cosas, pero si duro algunas semanas o un mes sin hacer nada, pues no publico porque no tengo nada que publicar”, explica.
Lo que menos le gusta al rapero de la fama es que su círculo más íntimo, como familia o amigos, le traten “diferente”.
“No me gusta ese pedo (asunto) cuando ya no te ven como alguien más de la familia, ya te ven como que ‘ahí viene Sandro, deja que se siente él ahí’”, cuenta.
De hecho, asegura que tan solo dos amigos “todavía le tratan igual” que antes de irrumpir en el panorama musical.
Además, explica que se ha vuelto “muy desconfiado” con la gente que se acerca, por lo que prefiere estar con personas, sobre todo en sus relaciones de pareja, “que no saben” a qué se dedica.
Aunque forma parte del plantel de nuevos talentos emergentes, Malandro tiene palabras para quienes aspiran a una carrera artística.
“El chiste es nada más aguantar vara (resistir) y, si estás batallando, buscar la solución tú mismo (...) Hasta que tú logres algo por tu cuenta, no habrá gente que te voltee a ver y que esté interesada en invitarte a un estudio”, dice.
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