Escenario

‘Spy x Family: Código Blanco’: Un ingenioso y divertido interludio que reflexiona sobre las falsas familias

CORTE Y QUEDA. Inspirada en el popular animé del momento llegó a las salas de cine una extensión de dos horas sobre las aventuras de una irreverente familia de espías

ANIME

Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Cortesía

Spy x Family es originalmente un manga publicado en 2019 por primera vez en Weekly Shōnen Jump de Shueisha, ganándose inmediatamente un séquito de fans tanto en Japón como a nivel internacional, encontrando un gran nicho en la comunidad latina. Su premisa sigue la vida de Twilight, un espía de élite obligado a construir una familia ficticia como parte de una compleja operación encubierta.

Después de dos temporadas de anime, la cinta Código Blanco se centra en cómo él, junto con su esposa ficticia Yor y su hija adoptiva Anya, navegan los desafíos de una nueva aventura para mantener esta fachada mientras, como suele pasarles, una serie de obstáculos se presentan en su vida cotidiana y misiones secretas.

Spy x Family: Código blanco, dirigida por Takashi Katagiri y con un guion a cargo de Ichirō Ōkouchi, explota de buena forma los elementos fundamentales que han hecho de la serie un suceso, incluyendo acción, humor y las dinámicas familiares únicas entre este quinteto que tiene ciertas dotes especiales.

Afortunadamente, la película captura la esencia de su fuente original, creada por Tatsuya Endō, especialmente al abordar a sus personajes principales: Loid, Yor, Anya y el perro pre cognitivo de la familia, Bond. La dinámica creada en sus interacciones se siente auténtica y convincente, impulsando siempre la sencilla historia hacia adelante.

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Cabe resaltar que Spy x Family ha ganado rápidamente popularidad gracias a su mezcla única de géneros, que pasan por la comedia burda, la acción e incluso el drama y romance, atrayendo a una amplia audiencia de todas las edades.

Además, explora temas universales como la importancia de la familia, la aceptación y el amor de una manera diferente a lo habitual, lo que la distingue de otros mangas similares. El arte y la escritura de Takashi Katagiri contribuyen significativamente a la calidad de la serie, capturando a la perfección la emoción y la atmósfera de cada escena.

Curiosamente, una de las ventajas que este largometraje tiene es que, si no has visto el anime, no genera algún inconveniente ya que desde el inicio te dan una breve introducción a cada uno de los personajes, presentándolos directamente en este mundo de una manera accesible, tratando de involucrar a un nuevo público en el relato de espías y su alocado e irreverente universo que hace alusión a todos los clichés de espías (basta con el homenaje al 007 en el nombre del perro, Bond). Esta decisión narrativa amplía el alcance de la franquicia que va desde el manga mismo como mercancía alusiva.

A medida que la historia avanza, siendo la motivación un viaje familiar en busca del postre perfecto, la calidad de la animación alcanza su punto de evolución, mismo que se aprecia aún más en las pantallas de cine. Esto sumerge aún más al espectador en la alocada historia mientras el carisma de los personajes, sus secretos y sus dilemas, destacan el esfuerzo visual realizado por el equipo de producción.

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En los primeros compases de la película, se encuentran abundantes situaciones alegres, entremezcladas con elementos de intriga propia del espionaje, lo cual mantiene constante el ritmo y el interés del público. Esta fusión de elementos es uno de los aspectos más sobresalientes del filme, dado que logra equilibrar estos aspectos a veces contrastantes en ciertas pequeñas secuencias, casi sketches, que en su ensamble funcionan de una manera fluida.

Existen secuencias de sueño que son tan disparatadas que parecieran parte de un relato diferente pero cuyo estilo de animación diferente es digno de aplaudir. Incluso la música dentro de la cinta, muy característica del género de espías y que por momentos al oír sus metales remite a aquella usada en la saga del ladrón más popular del anime, Lupin III, encaja muy bien con la locura y simpleza de todo lo que sucede en un fin de semana para esta familia que es todo menos normal.

A pesar de que los giros son de una sencillez tremenda y el villano de esta aventura sea digno de una cinta de James Bond, no cabe duda de que Spy x Family: Código Blanco es una película que captura el encanto de la serie original en un ingenioso y divertido interludio entre los arcos de su historia base, mismo que en dos horas ofrece una experiencia entretenida tanto para los fans de la franquicia como para aquellos que están descubriendo este universo por primera vez, sin dejar nunca de lado el valor de la familia, aunque está a veces sea falsa.