Vaya que hubo buen rock la noche del miércoles 20 de marzo en el Lunario del Auditoria Nacional en compañía de los legendarios e icónicos Teen Tops, rodeados por un aura de vitalidad renovada y la clásica nostalgia derivada del acto romántico de traer fragmentos del pasado glorioso a la mente inquieta.
Michel Williams en la voz, Marcelino Pérez Navarro en el teclado, Octavio Sol como guitarra líder, Germán Tovar en el bajo, Manuel Gutiérrez en la batería y Jesús “Tuti” Martínez a la cabeza del grupo; es la nueva alineación de los Teen Tops y es evidente que no solo saben rescatar y continuar un legado, sino también, hacerlo vigente.
“Lucila”, “Popotitos”, “Confidente de secundaria”, los ejemplos son vastos y el derroche de talento y entereza se demostró en cada uno de ellos a lo largo de una velada que reencontró a los fanáticos de hueso colorado con una agrupación mexicana fiel al estilo de sus fundadores. Durante más de una de las piezas, los hijos, sobrinos y nietos de varios asistentes dejaron sus asientos y se pararon a bailar frenéticamente frente a las mesas llenas de tragos, entremeses y agua mineral.
Michel Williams insistió en mantener a su audiencia (en su mayoría de la tercera edad) como si recientemente hubieran cumplido 16 años y estuvieran disfrutando, nuevamente, de las mieles de la juventud caprichosa. Interactuaron con el público sin medida, recordando al Cine Cosmos, en donde Tuti y su hermano alguna vez tomaron inspiración para componer “Rock nena linda”, homenajearon a Sergio Martel, uno de los primeros integrantes acaecido en 1968 por un accidente en el mar.
Vinieron los recuerdos sobre los primeros ensayos en la cochera de la casa de Tuti, el momento en el que él y su hermano conocieron a Enrique Guzmán y lo invitaron a tocar juntos, las sesiones de grabación, los primeros éxitos y el ascenso al salón de los inolvidables y las referencias obligatorias para hablar de rock & roll nacional.
Fue tal el grado de la conexión entre el público y los intérpretes (elegantemente trajeados) que Jasmine Ramírez, asistente al evento, le contó a Crónica Escenario que, en casi dos horas de concierto, pudo revivir su niñez. “Me encantó, pude bailar que es a lo que venía, a disfrutar”, mencionó Jasmine.
Sus familiares, Ana y Guadalupe Tovar, estaban de acuerdo con que fue impresionante ver a personas de la tercera edad soportar el trajín del escenario y la vida del espectáculo. Por su parte, el baterista, Manuel Gutiérrez, declaró que todos los integrantes se sentían felices y emocionados, más aún con la visita de Álex y Chela Lora para develar la placa conmemorativa de los 66 años de vida de Los Teen Tops. “Estamos muy contentos porque la respuesta del público fue fenomenal, nos los llevamos en el corazón”, declaró Gutiérrez.
Nos pudimos acercar por unos instantes al maestro Tuti quien se agasajaba con que la gente siguiera “conectada” con el rock, manteniendo firme la convicción musical y el gusto por los bailes alocados.
Una noche mágica con sabor a malteada de vainilla y hamburguesa con queso; Álex Lora le dio el toque descabellado de su agrupación a este par de piezas de los Teen tops para continuar vibrando las paredes del Lunario y los asistentes, emocionados por escuchar piezas fundamentales para la historia y el ADN musical.
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