Tyler, the Creator reinó en el segundo día del Festival de Coachella que transportó a los años noventa a sus asistentes gracias al explosivo reencuentro de No Doubt, la reunión de Sublime y la actuación de la banda británica Blur.
“Estaba escéptico porque Coachella a veces tiene público que solo se queda ahí, pero esto ha sido fantástico, lo hicieron increíble”, dijo el rapero cuyo nombre original es Tyler Gregory Okonma, minutos antes de terminar su actuación.
El músico de 33 años cerró el segundo día de conciertos con un espectáculo lleno de estilo, un escenario convertido en un desierto y la audiencia más fiel de la jornada, quienes no dejaron de corear cada una de las canciones que presentó.
El californiano fue quien tuvo las colaboraciones más relevantes del día al reunir el talento de Childish Gambino, A$AP Rocky y Kali Uchis.
Ya sea arriba de una torre de metal, corriendo de un lado a otro o haciendo flexiones de pecho, una totalmente enérgica Gwen Stefani se impuso una hora antes que el rapero para demostrar que el paso de los años no han afectado su vitalidad en el escenario y que No Doubt sigue vigente, incluso 38 años después de su formación.
“¿Vinieron a Coachella a ver tocar a No Doubt por primera vez en nueve años? Quisiera poder expresar de alguna manera la cantidad de amor que me gustaría esparcir entre todos ustedes”, dijo la vocalista.
La banda también conformada por el guitarrista Tom Dumont, el bajista Tony Kanal y el baterista Adrian Young, interpretó algunos de sus más grandes éxitos como “It's my life”, “Hey Baby” o “Underneath it all”.
La única invitada del reencuentro fue Olivia Rodrigo, quien apareció en el escenario usando una camiseta blanca y debajo de ella un sujetador rojo, emulando a Gwen Stefani en su juventud, para cantar “Bathwater”.
Los puntos más altos de su actuación los alcanzaron con los temas “I'm just a girl” y “Don't speak”, coreados al unísono por los miles de asistentes.
El viaje por la música noventera se extendió con la reunión de Sublime, la banda originaria de Long Beach (California, EU), que estrenó como vocalista a Jakob Nowell, el hijo de Bradley Nowell, que falleció en 1996 a causa de una sobredosis de heroína.
Nowell, de 28 años, tocó la guitarra junto a los compañeros de su padre, el baterista Bud Gaugh y el bajista Eric Wilson, frente a un público de todas las edades que disfrutó de temas como “Summertime” o “What I got”.
Asimismo, la banda británica Blur, liderada por Damon Albarn, también fundador de Gorillaz, continuó con la ola de nostalgia con canciones como “Tender”, “Girls & boys” o “Song 2”.
Con un poco menos de historia sobre los hombros, pero no así menos seguidores, Vampire Weekend fue una de las bandas con más asistentes de la segunda jornada.
Los neoyorquinos alegraron a todo su público y a quienes se encontraban en las cercanías con temas como “A-Punk”, o con la sorpresa de que la socialité Paris Hilton fuera la artista invitada de su espectáculo.
Este sábado también estuvo presente la súper estrella pop Taylor Swift y su novio, el jugador de fútbol americano Travis Kelce, pero esta vez como público de Bleachers, la banda creada por su productor y amigo, Jack Antonoff.
El rapero mexicano Santa Fe Klan comandó la presencia latina del día, quien orgulloso de sus raíces y tocando su acordeón interpretó cumbias y rap dedicadas “a mi raza de México y de Guanajuato”.
“¡Que empiece el desmadre!”, gritó el rapero de 24 años antes para dar inicio a su show en el que interpretó temas como “Soledad”, “Silencio en el callejón” o “Luna y mar”.
Por su parte, Girl Ultra mostró que en México también se hace R&B en el escenario Sonora donde tocó temas como “Punk” o “DameLove”.
Este sábado también se presentó el colectivo musical Jungle, el multiganador al Grammy, Jon Batiste y la cantante y productora Grimes, entre otros.
Coachella terminará su primera ronda de conciertos este domingo con las actuaciones de Doja Cat, J Balvin, Carin León, entre otros, y repetirá una vez más su oferta del 19 al 21 de abril.
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