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Reforma judicial en México: ¿Qué son los jueces sin rostro?

Esta propuesta avanzó en la discusión de la reforma judicial en comisiones, aprobando la figura de jueces sin rostro

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Reforma judicial prevé jueces sin rostro

Reforma judicial prevé jueces sin rostro

La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, impulsada por Morena y sus aliados, aprobó la incorporación de los jueces sin rostro en el dictamen de la reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Desde que se dio a conocer la posibilidad de que se concrete esta figura, los cuestionamientos y el debate sobre esta medida se recrudecieron; por ello te contamos de qué se trata.

¿Qué son los jueces sin rostro?

Los jueces sin rostro son magistrados cuya identidad se mantiene en secreto para protegerlos de posibles represalias. Esta medida se utilizó en otros países en situaciones donde el riesgo para los jueces es extremadamente alto debido a la peligrosidad de los casos que manejan. En México, esta figura busca ofrecer una capa adicional de seguridad a aquellos jueces que lidian con casos de alta criminalidad, protegiéndolos a ellos y a sus familias de posibles ataques por parte de organizaciones criminales.

La reciente aprobación del dictamen por la Comisión de Puntos Constitucionales marca el primer paso hacia la implementación de esta figura en el sistema judicial mexicano

Con 22 votos a favor y 18 en contra, la propuesta que reforma diversos artículos de la Constitución fue aceptada con cambios, incluyendo la adición de la figura de jueces sin rostro en la fracción X del Apartado A del artículo 20. 

Esta adición permitirá al órgano de administración judicial adoptar las medidas necesarias para preservar la seguridad y el anonimato de los jueces que enfrenten casos relacionados con la delincuencia organizada, siguiendo un procedimiento legal establecido.

Los jueces sin rostro en México: ¿Inspirados en Colombia e Italia?

La idea de los jueces sin rostro no es nueva y tiene sus raíces en países que han enfrentado crisis de violencia similares e incluso más fuertes. Italia fue el primer país en adoptar esta medida a finales de los años 80, tras una ola de violencia desatada por la mafia siciliana.

La ejecución de jueces como Giovanni Falcone, quien lideró el famoso "maxiproceso" contra la mafia, puso en evidencia la necesidad de proteger a los magistrados encargados de estos casos de alto riesgo. En respuesta, Italia implementó un sistema de anonimato para los jueces que trabajaban en casos de crimen organizado, ofreciendo protección personal y realizando juicios en instalaciones fortificadas para prevenir atentados.

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Colombia siguió el ejemplo durante la década de los 90, en un intento de proteger a los jueces que enfrentaban a los carteles de la droga, liderados por figuras como Pablo Escobar. La violencia en Colombia había alcanzado niveles extremos, con el asesinato de más de 250 funcionarios judiciales y policiales a manos de la "narcoguerrilla". La figura de los jueces sin rostro fue una de las respuestas del gobierno colombiano para intentar frenar la intimidación y las represalias contra aquellos encargados de impartir justicia en un contexto tan peligroso.

¿Qué dice la CIDH de los jueces sin rostro?

Según la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en una sentencia de 2013, los juicios ante jueces "sin rostro" violan el artículo 8.1 de la Convención Americana, el cual garantiza el derecho de toda persona a ser oída por un tribunal competente, independiente e imparcial. Uno de los principales problemas identificados —dijo— es que los procesados no pueden conocer la identidad de los jueces que los juzgan, lo que impide evaluar la idoneidad y competencia de los mismos. Además, esta falta de transparencia limita la capacidad de los acusados para recusar a los jueces en caso de dudas sobre su imparcialidad, un derecho esencial para garantizar un juicio justo.

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Aunque la figura de los jueces sin rostro fue efectiva en ciertos contextos, también genera preocupaciones sobre su implementación en México. Los críticos de esta medida argumentan que el anonimato de los jueces podría derivar en abusos de poder y violaciones a los derechos humanos, al dificultar la transparencia en los procesos judiciales.

Además, argumentan que la selección de estos jueces a través del voto popular, como se ha propuesto en la reforma, podría poner en riesgo su seguridad al exponerlos públicamente, contrario al objetivo principal de proteger su identidad.

Para rematar, algunos diputados, como Héctor Saúl Téllez Hernández del PAN, expresaron que esta medida no garantizará la protección total de los jueces si no se asegura su completo anonimato desde el proceso de selección.