Con esta coloquial expresión se define aquellas ocasiones en las que se tienen demasiados flancos abiertos o situaciones delicadas que pueden comprometer el buen desarrollo de un proyecto, una organización o un gobierno. Hoy, a tan solo nueve semanas del fin de las campañas y el inicio de la veda electoral, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador tiene demasiados fierros en la lumbre que, amén de los resultados que arroje la jornada electoral el próximo 2 de junio, seguirán en el fuego acumulando calor y sumando complejidad para quien asuma la Presidencia a partir del próximo 1 de octubre. En esta y nuestra siguiente entrega, daremos cuenta de algunos de los asuntos más espinosos que al presidente, a su gobierno y a su partido, les convendría entender, atender, atenuar y resolver si lo que buscan es lograr una transición suficientemente tersa que garantice la gobernabilidad mínima indispensable al inicio del próximo sexenio.
Los señalamientos de corrupción que se han posado en el centro del círculo más íntimo del poder. Desde hace tiempo, diversos reportajes han dado cuenta de actos de corrupción que en otros momentos hubieran sido dinamita pura para cualquier gobierno. Diversos documentos, audios y videos han sido filtrados a la prensa nacional e internacional, dejando ver que la corrupción no solamente no ha sido combatida desde el gobierno, sino que en ella conviven, de forma natural, personajes cuya cercanía con el poder no solo es política, sino incluso personal.
El incremento de la inseguridad que ha convertido a diversos territorios en presas de grupos de la delincuencia organizada. En marzo del año pasado, Anthony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, señaló ante un Comité del Senado de aquel país que algunas regiones del territorio mexicano se encontraban bajo el control de cárteles del narcotráfico. Un año después de estas declaraciones, la situación no solo no ha mejorado, sino que cada día surgen evidencias del incremento de la influencia de la delincuencia organizada en prácticamente todas las entidades federativas. El desplazamiento de los gobiernos municipales y estatales impacta en la calidad de vida de millones de personas, al tiempo que envía señales de la claudicación de funciones esenciales del Estado.
La ausencia de atención al problema del fentanilo y el incremento en el flujo migratorio, ambos hacia Estados Unidos. De la mano de la claudicación del gobierno en el ejercicio de funciones esenciales del Estado, asuntos como el combate a la producción y trasiego de drogas sintéticas, señaladamente fentanilo, o el incremento en el tráfico de personas a través de redes de la delincuencia organizada, han comenzado a convertirse en una presión para el gobierno de los Estados Unidos. A unos meses del proceso electoral en aquel país, el gobierno de Joe Biden ha comenzado a resentir el impacto de estos temas en las preferencias electorales, lo que necesariamente habrá de repercutir en la política exterior norteamericana y su relación con México.
La confrontación entre el presidente y Ricardo Salinas Pliego escala en el tono y ello anticipa una lucha de titanes. Villano para muchos por ser señalado como evasor fiscal y arquetipo de un libertarismo del que Javier Milei se sentiría orgullos, Ricardo Salinas Pliego comenzó el sexenio siendo uno de los empresarios más cercanos al presidente López Obrador. El desgaste y enfriamiento de su relación va de la mano de un litigio por miles de millones de pesos que desde hace años demanda el SAT y que el empresario se ha negado a pagar a partir de argucias legales. De las descalificaciones cruzadas entre conferencias mañaneras y tuits sarcásticos, López Obrados y Salinas Pliego han pasado a declaraciones y mensajes frontales y, en los últimos años, a acciones directas, como la ocupación de un campo de golf en Huatulco, Oaxaca, por miembros de la Guardia Nacional. El desenlace de esta lucha de titanes es de pronóstico reservado.
En nuestra próxima entrega, algunos otros fierros en la lumbre que se siguen calentando y hacen pensar en un fin de sexenio de alta complejidad.
Profesor y titular de la DGACO, UNAM
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Correo electrónico: joaquin.narro@gmail.com
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