México se puede considerar ya como un país donde la democracia avanza y madura gracias a la conciencia ciudadana. La votación llevada a cabo el pasado domingo a nivel nacional fue una verdadera fiesta ciudadana, desde temprana hora los ciudadanos formaron grandes colas para votar y seguramente, una vez terminados los cómputos se alcanzará un porcentaje muy considerable y parecido a los números obtenidos en el 2018, otra elección histórica.
El INE se vio en términos generales muy bien en cuanto a la organización de los comicios a pesar de los problemas que se presentaron en las casillas especiales donde en varias de ellas se quedó mucha gente sin poder votar, porque se agotaron las boletas, lo mismo ocurrió en el extranjero como en Madrid, donde los mexicanos que deseaban votar hicieron colas de más de 8 horas.
Como de costumbre y poniendo una nota muy criticable, los principales candidatos de los diferentes partidos se manifestaron ganadores con base en datos de encuestas de salida realizadas por ellos mismos. Sin esperar la información oficial del INE, los y las candidatas, sin ningún respeto a los electores, asumieron indebidamente el papel de la autoridad electoral, que es la única autorizada para dar una información confiable.
Al filo de las 12 de la noche la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, dio a conocer las cifras obtenidas por el conteo rápido que favorecieron con una amplia ventaja de más de 30 puntos, a la doctora Claudia Sheinbaum, con 60.7% de votaciones a su favor, sobre su más cercana competidora Xóchitl Gálvez, quien obtuvo un 28.6% de votos. Jorge Álvarez Máynez sorprendió con el 10.8%, suma muy apreciable para un candidato poco conocido que inició su campaña bastante tarde por los problemas que tuvo MC con la candidatura fallida de Samuel García. Los dos candidatos perdedores en una actitud civilizada y democrática, reconocieron su derrota y felicitaron a la triunfadora Claudia Sheinbaum la noche misma del pasado 2 de junio.
En las filas de la alianza opositora se percibió gran desilusión, pero en un sistema democrático se gana y se pierde y lo importante es reconocer los triunfos del lado que sea.
Realmente arrasó Morena, no sólo en las elecciones presidenciales, también en la CDMX y en otros estados donde se anticipaban elecciones muy cerradas y posibles triunfos de la oposición. El mandato ciudadano fue claro, aún cuando no se pueden ignorar los millones de votantes que prefirieron dar su voto a otros partidos distintos a Morena, sin dejar de resaltar que en el congreso la oposición disminuyó sus asientos en la cámara de diputados, al tener ahora un máximo de 129 diputados, contra 193 que tenía; en la de senadores conserva la misma proporción, más o menos 43 senadores, contra 41 en la pasada legislatura.
Morena alcanza con sus aliados la mayoría calificada, que era una aspiración del partido en el poder para poder llevar a cabo el llamado Plan C. Por lo tanto el país vivirá momentos muy tensos con las reformas constitucionales que se aprueben, dado la nueva integración del congreso.
Esperemos que las palabras pronunciadas por la candidata ganadora momentos después de conocer su triunfo, en el sentido de que su gobierno tomará en cuenta a quienes no coinciden con su visión, en un afán de unir al país, se traduzcan en hechos concretos y en lugar de vencer con mayorías que se impongan arbitrariamente, se hagan esfuerzos por conciliar y convencer sobre la bondad de sus iniciativas.
Es muy importante que Claudia Sheinbaum mande una señal que tranquilice a los mercados y genere confianza a los inversionistas.
La virtual presidenta tiene todo para que su gobierno pase a la historia, no sólo por ser la primera mujer presidenta de México que llega al poder democráticamente en los últimos 200 años, sino porque sus acciones de gobierno realmente mejoren la vida de los 130 millones de mexicanos que aspiran a un país más justo, con plena seguridad, educación, y un sistema de salud con estándares de calidad similares a los de otros países que lo han logrado. El reto pues es colosal y todo está dispuesto para que se logren metas alcanzables de mayor crecimiento, favoreciendo la inversión privada nacional y extranjera como también lo ha prometido, sobre todo ahora que la coyuntura en favor de México, con el nearshoring, es una oportunidad de oro para detonar una nueva y vigorosa etapa de desarrollo económico equilibrado, que beneficie a un mayor número de mexicanos.
@fer_martinezg
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