Ayer se conmemoró el 86 aniversario de la Expropiación Petrolera que consistió en la nacionalización de este recurso en el país. Desde antes de este suceso y hasta la actualidad, México ha sufrido el embate por parte de empresas extranjeras y capitales privados nacionales que han querido beneficiarse a cuesta de los bienes de la nación, que gracias al decreto del entonces presidente Lázaro Cárdenas, les pertenece a todas las mexicanas y los mexicanos.
Vivimos tiempos de definiciones, el país se debate entre dos proyectos distintos en cuanto a la visión en el sector energético y las energías sostenibles. Uno, el que representa la doctora Claudia Sheinbaum con Morena, PT y PVEM y el otro abanderado por la ingeniera Xóchitl Gálvez con los partidos PRI, PAN y PRD.
La doctora Sheinbaum dio a conocer su proyecto energético que consta de seis ejes entre los que destacan: “no gasolinazos ni incrementos a los precios de energéticos”, garantizar la “soberanía energética” y apostar por las energías renovables. Sheinbaum lo dijo claramente en la presentación del plan(,) República Soberana y con Energía Sustentable: “se acabaron los tiempos de las privatizaciones”, apuntó. Mientras que en contraste, los partidos de oposición tienen una postura neoliberal. Xóchitl Gálvez según sus propias declaraciones busca retomar las políticas de los gobiernos anteriores y de esta manera aumentar la participación privada en la empresa pública y dejar al libre mercado tareas que le pertenecen al Estado, retirando su rectoría y con la pretensión de que el gobierno se convierta en un simple y llano regulador.
Xóchitl Gálvez en entrevista con un medio de comunicación en septiembre de 2023 propuso que se abriera la inversión privada a Pemex y la CFE: “… estoy dispuesta a abrir la participación de la iniciativa privada al sector energético, en particular en actividades que realizan Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad”. Unos meses después se desdijo, aunque los que preparan su plan de gobierno insisten en que se debe aumentar el capital privado en el sector energético.
Por esas fechas declaró que le gustaría que Pemex se llamara “Emex— Energías Mexicanas”. Su propuesta para quitarle la P a Pemex no es solo un juego de palabras, se trata de Privar a la Patria de Pemex y Privatizar la generación de energía.
Dadas las condiciones actuales de gran contaminación del planeta, estamos obligados a invertir en energías sostenibles y sobre todo a actuar de manera responsable para dejarles un país con soberanía energética a los que nos sucedan, con energías menos contaminantes y más eficientes. No podemos volver al pasado en el que los conservadores del 2000 al 2018 aumentaron las importaciones de gasolina siete veces, las de diésel 10 veces y las de gas natural 25 veces. La Reforma Energética de 2013 disminuyó la producción de hidrocarburos a la mitad en los siguientes tres años. Incrementaron la deuda de Pemex, la generación de la producción de electricidad por parte de la CFE bajó y promovieron el esquema de las sociedades de abasto que se encuentra fuera de la ley. El actual gobierno ha disminuido la deuda de Pemex en 23 mil mdp y ha aumentado la producción de gas natural. En el siguiente gobierno esta empresa productora del estado participará en la explotación de litio, la producción de energías renovables y fertilizantes.
La propuesta energética de Xóchitl es un intento de restauración de privilegios de la élite y la apertura para los negocios de los empresarios con las concesiones del patrimonio de la nación, es borrar lo realizado por Lázaro Cárdenas y como él dijo: “Gobierno o individuo que entrega los recursos naturales a empresas extranjeras, traiciona a la patria".
Estoy seguro de que, con el plan(,) República Soberana y con Energía Sustentable, se llevará a cabo la consolidación de la soberanía energética.
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