· Visite aquí el micrositio (reportajes completos): Lo que no callaron las olas, de COCE
Pruebas documentales resguardadas en el Archivo General de la Nación (AGN), pero emitidas desde los bunkers de inteligencia de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), así como información extraída de la filtración #GuacamayaLeaks relacionada con los sistemas de comunicación (correos electrónicos e informes de seguridad) de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), revelan medio siglo de espionaje gubernamental en contra de agrupaciones de mujeres feministas y algunos grupos de la comunidad LGBT+ en México.
El contexto de espionaje y violencia en contra de grupos autodenominados “de izquierda o comunistas” en el México posterior a la aparición de la llamada “Brigada Blanca”, no ha cambiado, ni con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador del partido Morena (Los archivos de la represión, 2020). Archivo General de la Nación).
Este operativo (la Brigada Blanca) fue fundado por el Partido de la Revolución Institucional (PRI) para realizar tareas operativas del Terrorismo de Estado operado desde gobierno de México, orquestado por el aparato de seguridad nacional del expresidente, Luis Echeverría Alvarez, contra integrantes, familiares y amigos de grupos opositores al periodo de la represión. En particular, en contra de las operaciones de la Liga Comunista 23 de Septiembre (LC23S).
Un mal que no se desvanece con los años. A pesar del tiempo transcurrido, medio siglo, los Elementos de la Defensa Nacional (actuales y algunos fuera de servicio), se organizaron para perseguir asociaciones y colectivos feministas: de sus trabajos, escuelas o centros de recreación, hasta sus casas. Todo con el fin de extraer información que pudiera servir al estado como estrategia para contrarrestar los movimientos sociales.
En concreto, la documentación analizada por Colectivas Organizadas Contra el Espionaje (COCE) - del que PODER es integrante y cofundador - comienza con fichas estratégicas de los primeros grupos feministas en el país registrados en 1974; y concluye a finales del año 2019 con las revelaciones del grupo de hackers “Guacamaya” a las que esta colectiva tuvo acceso.
Respecto a lo analizado de la Dirección Federal de Seguridad, por el contexto temporal, se encontraba concentrando esfuerzos en recolectar información de todas las activistas que formaran parte de los grupos a favor de la interrupción legal de embarazo.
En específico, las fichas recolectadas por los militares y policías que integraban el cuerpo de seguridad, lograron acumular 30 identificadores de la Coalición de Mujeres Feministas (CMF), la colectiva con mayor número de expedientes relacionados con esa época. La Coalición de Mujeres Feministas era una organización fundada a principios de los años 70’s del siglo pasado de la cual se tienen múltiples registros de su activismo, principalmente en hemerotecas y bibliotecas en todo el país (Mediateca INAH, 1978. COALICIÓN DE MUJERES Feministas EN LA MARCHA DE HOSPITAL GENERAL).
Según revelan estos mismos informes, la CMF era dirigida por dos mujeres, Frances Jaime y la periodista de la revista Proceso, Anne Marie Mergier, a quienes los militares seguían a sus manifestaciones, coloquios o reuniones (públicas o privadas) con el objetivo de recolectar información relacionada a la militancia proaborto en México.
Sobre la información recolectada por la Secretaría de la Defensa Nacional, COCE tuvo acceso exclusivo a un informe donde se revelan datos personales de siete perfiles perfectamente conectados entre si, y son puestos en evidencia por la SEDENA ante las autoridades como “posible amenaza”. La recolección de estos perfiles se anexa junto a sus datos personales, fotografías de sus rostros, de sus viviendas, registro de sus amistades y actividades sociales (particularmente Facebok, Instagram y Twitter).
Sin embargo, nada de lo reportado apunta a que se trate de un grupo que pudiera realmente poner en riesgo la seguridad nacional. Se trata sólo de mujeres activistas, todas ellas estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde resaltan una menor de edad y una persona transfemenina. El “crimen” según SEDENA: realizar activismo a favor de los derechos de las mujeres. Es decir, ser feministas.
¿Quiénes fueron espiadas?
Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, académicas, investigadoras, periodistas, analistas y toda aquella agrupación o persona que el Estado Mexicano considere, bajo criterios que no son transparentes o siquiera públicos, que pueden ser objeto de espionaje relacionado con la “seguridad nacional”.
La DFS, en general, concentró esfuerzos en espiar a colectivas como la ya nombrada Coalición de mujeres feministas (CMF), La Red Nacional de Mujeres, International Lesbian and Gay Association, Comité de Lesbianas y Homosexuales, Grupo UNAM, entre otros. Asimismo, la DFS también contempla registros de algunas reuniones de personas particulares; periodistas feministas como Anne Marie Mergier llenan varias cuartillas de información con detalles de su presunta actividad como activista defensora del derecho de las personas gestantes a la interrupción legal del embarazo.
Por su parte la SEDENA se muestra más interesada en personas en lo particular de las cuales registran información de carácter más sensible como Registro Federal de Contribuyentes (RFC), Clave de Elector, nombres de familiares directos y actividades de dichos familiares, domicilio, números de teléfonos, cuentas en redes sociales, lugares de reunión, amistades cercanas y actividad profesional en algunos de los casos.
De la DFS al espionaje obradorista
Respecto a lo ocurrido en el actual sexenio, resulta imposible identificar las dimensiones del espionaje. Los informes, a los que COCE tuvo acceso, contienen información que pone en riesgo la seguridad de las personas que fueron víctimas de espionaje motivo por el cual se exponen versiones que simulan el espionaje realizado por la SEDENA. Asimismo, este descubrimiento no es el único ataque en contra de mujeres feministas, pero sí el que más preocupó a las activistas entrevistadas, dado que en algunos casos se trata de personas menores de edad.
Este ataque en contra de feministas estudiantes de la UNAM ocurre además en un contexto donde las estudiantes ya se sienten inseguras por el contexto de la institución. Así lo afirman las colectivas que actualmente tienen tomadas las instalaciones del denominado “Foro Che”.
La colectiva Estudiantes Organizadas de la Filos explica, en entrevista para PODER, que actualmente uno de los problemas más fuertes que tiene la UNAM es el creciente discurso de odio en contra de las personas trans, lo cual, según comentan “pone en riesgo” principalmente a las estudiantes que se identifican con un géneros distinto al binario. También denuncian el impulso institucional y protección de docentes transfóbicos.
Según las declaraciones de la colectiva, luego de la aparición de pintas (transfóbicas) en la Facultad de Filosofía, las autoridades se “hicieron de la vista gorda” (sic), es decir, ignoraron los ataques públicos en contra de su cuerpo de estudiantes.
Incluso, denuncian las activistas, las autoridades de la UNAM emitieron un comunicado donde solicitaban respetar la libertad de expresión de las personas atacantes de este grupo vulnerable.
“Nosotres recordamos que los discursos de odio no son libertad de expresión. Los discursos de odio cuestan la vida de las personas. Cuando dijimos basta de discursos de odio, recibimos varios ataques de personas no identificadas y actualmente la universidad no tiene una opción viable para la atención de casos de acoso” (sic).
La organización de mujeres en la UNAM, aparece en un momento donde dicho por las propias integrantes de las colectivas: “pronunciarse desde el feminismo ya parece poco”, porque, según explican, algunas representaciones de esta corriente han expresado consecutivamente posiciones que derivan en actos calificados como violentos por las propias integrantes y excluyentes para otras. En particular se refieren a las corrientes transfóbicas del feminismo.
De este modo, la barrera más grande que existe entre el activismo feminista y las colectivas de estudiantes, es primordialmente la omisión universitaria a las denuncias por acoso en contra de grupos odiantes. Es decir, aun en un contexto donde las mujeres activistas son espiadas por el gobierno federal, también son obligadas por la universidad a cuidarse de ataques de grupos internos, incluso institucionales. En conclusión para las colectivas feministas: “la UNAM es un territorio donde se sienten en peligro”.
Facebook, UNAM y SEDENA niegan entrevista sobre el uso de su sistema para espiar activistas
PODER solicitó en repetidas ocasiones entrevistas con la Secretaría de le Defensa Nacional y al área de comunicación de la firma Meta (marca propietaria del conglomerado de empresas que conforman Facebook) con el objetivo de esclarecer si existe alguna relación comercial entre la transaccional de redes sociales, que además funciona como agencia especializada en recolección de datos de sus usuarios con fines comerciales y que ahora están siendo utilizadas por militares para criminalizar colectivas de mujeres. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición ningún trabajador de la firma norteamericana respondió. Tampoco la SEDENA quiso hablar al respecto.
Esta no es la primer ocasión en que la empresa Facebook es señalada por permitir a terceros (empresas o corporativos militares) acceder a los datos privados de sus usuarios. Una demanda elaborada en 2018 concluyó en 2022 que la matriz de Facebook, Meta, debía pagar 725 millones de dólares a un grupo que demandó colectivamente al gigante de las redes sociales por violación a la privacidad y mal uso de datos personales.
Aunque el corporativo no admitió ninguna irregularidad, sí se vieron obligados a actualizar el enfoque de los términos de privacidad, así como implementar, supuestamente, una serie de medidas que garantizaran que los datos de las personas, no terminen en manos de policías, criminales o instituciones que hicieran mal uso de los mismos. En esto evidentemente han fracasado.
Por dicho motivo, la especialista en seguridad digital e integrante de la asociación Técnicas Rudas (TR) explica en entrevista para PODER, es momento de optar por redes sociales más amigables, seguras y colectivas. “El software libre y la organización comunitaria son la herramienta más poderosa de cuidados colectivos”, explica.
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Importante:
En Colectivas Organizadas Contra el Espionaje (COCE) analizamos más 240 pruebas documentales de fuentes primarias como SEDENA, AGN y DFS, se emitieron 11 solicitudes de acceso a la información, se realizaron 9 entrevistas con activistas, defensoras de derechos humanos y colectivas feministas o de diversidad sexual. También se solicitó entrevista con las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México y todas las demás autoridades o empresas involucradas, sin respuesta alguna. Por motivos de seguridad de las personas espiadas, y por respeto a las leyes de protección de datos personales, COCE, decidió colectivamente no contactar a las civiles espiadas con el objetivo de garantizar su tranquilidad y evitar la inhibición de su activismo.
-Este trabajo es una colaboración entre Tor Project, Técnicas Rudas, Serendipia, Agencia Presentes y PODER Latam. Toda la información aquí plasmada es de libre acceso y tiene como único objetivo el cuidado colectivo de las personas defensoras de derechos humanos y periodistas
La información que aparece en las fichas es meramente ilustrativa. Todos los datos fueron generados a través de Open ChatGPT, las fotografías de mapas y ubicaciones corresponde a la ubicación de Televisa en la Ciudad de México, las fotografías de fachadas fueron tomadas de Google Maps y las fotografías de las cámaras públicas de
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