Alejandro Puente rinde un homenaje a las mujeres con ‘Verónica’, un corto sobre la sororidad
ENTREVISTA. El actor, conocido por la adaptación teatral de La Sociedad de los Poetas Muertos, presentó en el 2022 su proyecto en el Festival Internacional de Cine de Morelia
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Fotograma del cortometraje 'Verónica'.
Actor, escritor y también director de cortometrajes mexicanos, Alejandro Puente es una joven promesa dentro del cine nacional. Siendo uno de los papeles más destacados el de Todd Anderson en la adaptación teatral de La Sociedad de los Poetas Muertos al lado de Alfonso Herrera, así como parte del cast de la nueva Rebelde, en Crónica Escenario charlamos con él en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), donde presentó su nuevo corto, Verónica.
“Quería hablar de esas personas que llegan y nos salvan, aunque sea en momentos muy cortos, en instantes efímeros. A partir de eso comenzó Verónica. Luego quise hablar de las mujeres de mi vida, crecí rodeado de ellas y siempre las he admirado. A partir de ahí quise tomar algunas características de ellas, no sé si todas las mujeres de mi vida vean el corto, probablemente encontrarán algo de ellas ahí y esto era una forma de poder entenderlas”, explicó Puente acerca de su inspiración para este relato.
“Me gusta hacer preguntas a la hora de escribir y dirigir y nació la cuestión de si un encuentro tan corto, tan breve, puede tener el suficiente poder para cambiarte para siempre. Todavía no lo sé, pero creo que sí. Además, era importante contrastar una relación joven con una que ya lleva mucho tiempo y observar cómo las dinámicas pueden estar involucradas, e incluso ser un tanto tóxicas desde un inicio”, añadió el joven mexicano.
Al principio del proyecto se ve una breve escena con dos jóvenes que, para Alejandro, resulta una pequeña pieza fundamental en este relato. “Para mí, era importante ese momentito. Probablemente a la gente se le olvide a lo largo del cortometraje, pero era el tono de una relación que no estaba en su mejor momento, pero que se ama mucho, que están en su rush de enamoramiento y después nos vamos con Verónica y su esposo, donde eso ya no existe y donde lo que uno quiere es libertad y es lo que busca la protagonista”, mencionó Puente.
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También, Alejandro ahondó en los pequeños hechos que pueden marcar una relación. “Creo que el símbolo de echarle cerveza a alguien hasta puede rayar en lo divertido, pero puede no serlo y después, las relaciones pueden cambiar mucho. Verónica, en esta historia, necesita irse y tener un momento para sí misma y no lo logra hasta que decide escapar para encontrar esa salida de un encierro que ya no tolera”, comentó.
El relato, cual canción de Ricardo Arjona, se convierte en una historia de un taxi, algo que incluso el productor del corto ironizó en su momento con Puente. Pero también implica un contraste de mundos entre las protagonistas. “Era importante porque no es un tema que creo que esté latente políticamente en el cortometraje, sino en todo el mundo. En México vivimos así todo el tiempo y a veces las personas con más empatía son las más distintas a nosotros. Al inicio, las puse separadas, Verónica se sienta atrás y Marcela está conduciendo y es cuando se pasa adelante con ella cuando las vemos en una horizontalidad, ya no hay estratos sociales, no hay diferencias de nada, sólo son dos mujeres en sororidad, ayudándose”, mencionó.
“Era importante que ellas encontraran vínculos en común, que son los olores, la música y disfrutar un atardecer juntas. Al final son cosas muy pequeñas pero que las forjan como amigas, aunque sea por una tarde”, agregó el joven director mexicano. “Era importante hablar de los encuentros efímeros, porque a veces las personas que nos cambian la vida se van y la empecé a escribir a raíz de un momento que estaba pasando así en mi vida, donde perdí a uno de mis mejores amigos y también por eso está presente el tema de la muerte y de las personas que se van”, ahondó.
Y es que esa sororidad, ese lazo generado con una simple mirada o charla, es algo que sucede y pude provocar un cambio. “Ninguna de las dos quiere irse, se nota en esas escenas de las miradas, pero las circunstancias de la vida no se lo permiten. Verónica tiene que lidiar con muchas cosas todavía y realmente, al final de este encuentro, no sé lo que pasa después. Me lo habían preguntado, pero lo que sé es que no es la misma, está cambiada y creo que Marcela también”, expresó Puente.
Presentación del corto 'Verónica' en el FICM.
“Creo que también ese momento final entre las dos te habla de que no se quieren dejar ir. Sin embargo, es necesario para poder seguir andando. Verónica está más tranquila después de todo, por lo menos está más cambiada y tiene algo que es un gesto que lo va a recordar siempre, cada que necesite algún tipo de poder para poder salir y seguir adelante con su vida lo podrá hacer”, complementó el director.
Más allá de la cuestión temática, Alejandro charló de las dificultades técnicas de grabar casi todo en un auto: “Ese día teníamos un espacio residencial, íbamos a filmar y filmar. Ese día que llegamos se cayó el permiso. No teníamos forma de grabar con cámaras montadas en un coche en la Ciudad de México. Entonces tuvimos la idea de sentarnos y reescribir nuestro shotlist. Lo tuvimos que hacer todo dentro del coche y cambiar encuadres, así como un poco del lenguaje que creo que funcionó, le da cierta cercanía a los personajes. Otra cosa que no se ve, pero que le agradezco mucho a Humberto Flores, post productor y editor, porque tuvimos que empujar el coche en muchas calles, pero no se ve. Entonces sí fue un reto”, confesó.
A pesar de esas dificultades, la estructura narrativa no sufrió muchos cambios. “No era muy diferente, simplemente era más fácil filmarlo. Los tiros, en vez de ser atrás, eran de frente y estaba frente al coche. Pero estar con ellas, escucharlas respirar, escuchamos las uñas de Verónica cuando está estresada al inicio del cortometraje ñ, fue un intimismo que descubrí en la marcha. Creo que hay que estar muy atento de lo que está pasando en el set para poder aprender qué es lo que me interesa. También como actor es algo en lo que puedo empatizar a la hora de dirigir y actuar. Hay que estar en el momento completamente y lo que te está dando es con lo que hay que trabajar”, aseveró Alejandro.
Aquí, Puente expuso algunas de las ventajas y desventajas de tener ese doble rol de actuar y dirigir. “No lo llamaría ventaja, sino más bien un entendimiento por quién está del otro lado, como actor a mí me toca, o por lo menos yo me he encargado de aprender de todos los departamentos porque me interesa. Soy una persona curiosa y siento que cuando se está trabajando en algo fílmico es bueno mantener esa vena viva. Ahora, como director, me toca empatizar con mis actrices y quien está interpretando la historia”, dijo.
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“Es muy lindo, entiendo mucho más de lo que no funciona y lo que sí funciona. También entiendo que no siempre como director tengo la razón, a veces tengo que escuchar a los actores y viceversa. Como el realizador que está detrás de la cámara no siempre tengo la respuesta y trabajar con actores es algo que me lo ha recordado”, complementó.
Pero Verónica no hubiera sido posible sin la gran labor de sus protagonistas, con quienes el joven artista está profundamente agradecido. “Luciana Silveyra y Pilar Flores del Valle confiaron en mí sin tener casi nada que enseñarles como director, hice sus castings por separado y resultó que son mejores amigas en la vida. Eso fue una señal casi divina y funcionó porque había cierta complicidad, se conocen, aunque en el corto no. Ensayamos como por un mes, para mí era importante encontrar un punto en común que tuviéramos todos y entonar desde la interpretación no sólo desde lo fílmico. Ensayamos, confiaron en mí y mi trabajo con ellas era guiar su talento a lo que pensé era la historia, porque ambas tienen una carrera y una cantidad de talento impresionante. No me tocaba ni pulir ni sacar eso, solo enseñarles por donde creía que lo podía mover”.
Aunque la industria suele fijarse más en la creación de los largometrajes, para Alejandro Puente los cortos pueden ser una gran forma de contar historias que no suelen llegar a ser largos. “Creo que (hacer un largometraje) requiere muchas cosas, en especial medios, recursos y dinero y eso a veces puede limitar los relatos que se están contando. No todos logran contarse así y creo que los cortometrajes dan esa oportunidad a todas esas historias y nos ofrecen puntos de vista de tantos lugares, tantas personas. Estos proyectos le dan lugar a muchas voces. Es una oportunidad de conocer, es como un semillero de talento que resulta emocionante para poder saber todo lo que van a poder hacer esos artistas en un futuro. La mayoría quieren hacer largometrajes y estar aquí es inspirador. Yo lo sé. La mayoría van a llegar a escribir y realizar su largometraje si no es que ya lo están haciendo.
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Finalmente, el joven realizador mexicano no ocultó la alegría que le da formar parte de este tipo de certámenes. “Para mí es un sueño. Es la primera vez que se presenta este cortometraje de Verónica y estoy feliz, ya pasaron los nervios y estoy inspirado. Creo que eso pasa en los festivales, estoy muy emocionado de ver mi corto en pantalla, así como de poder ver los cortometrajes de todos los demás compañeros y compañeras y quiero hacer más”, concluyó.
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