La francesa Yolande Zauberman oyó por primera vez la historia de La belle de Gaza como una leyenda: una mujer trans escapó a pie de la Franja hasta Tel Aviv, donde tienen muchos más derechos. Se lanzó a buscarla con su cámara y ha llegado hasta Cannes, aunque la guerra en Gaza casi deja su filme en un cajón.
“Cuando fue el 7 de octubre y la masacre en Israel, por parte de Hamás, y después las masacres de Gaza que todavía continúan hasta hoy, pensé: ‘no deberíamos estrenar la película’”, admite la realizadora en una entrevista con EFE, en la icónica ciudad de la Costa Azul francesa.
“Para mí es muy intenso porque amo este festival y quería esto por las chicas. Pero no podía alegrarme por culpa de la situación”, completa Zauberman, en referencia a la presentación de la película, fuera de competición, en las sesiones especiales del certamen de Cannes.
La belle de Gaza es un documental rodado prácticamente de noche, en callejones donde decenas de mujeres trans ejercen la prostitución. Allí iba la directora de títulos como M o Classified People con una cámara y una imagen borrosa de la supuesta mujer de la historia, en busca de pistas para encontrarla.
“Yo pensaba, guau, vaya viaje. No en términos de kilómetros, sino en términos mentales. Ella llevaba todo dentro: Gaza, Tel Aviv, lo musulmán, lo judío, el hombre, la mujer... Y realmente quería conocerla”, rememora Zauberman.
La búsqueda de la misteriosa Bella de Gaza se convierte en una herramienta para retratar a las mujeres trans palestinas -y no palestinas- que intentan sobrevivir en Tel Aviv.
“Esta película nos ha dado la oportunidad realmente de mostrar al mundo muchas experiencias, muchas historias, entre las diferentes situaciones de la vida real de las personas trans”, explica a EFE una de las protagonistas del documental, la modelo Talleen Abu Hanna, ganadora del primer concurso Miss Trans Israel en 2016.
Nacida en el seno de una familia cristiana palestina en Nazaret, al norte de Israel, Abu Hanna aparece en la película como un símbolo de esperanza frente a las historias, a menudo plagadas de dolor y violencia, que Zauberman recoge por las noches.
“Estuve durmiendo en la calle cuando me marché de mi casa para hacer mi transición. Dormía en la calle y, paso a paso, llegué a lo que soy hoy. Era duro y sigue siendo duro siendo quien soy hoy. Tengo mucho éxito y aún es muy difícil porque siempre llevas un secreto contigo todo el tiempo”, comparte la popular modelo, de 29 años.
Pese al marco de violencia actual, el documental trata de mostrar una “luz en la oscuridad”, señala Zauberman. Y apunta, además, que cree que el público en Cannes está entendiendo que su película está hecha con el corazón y con muchos matices.
“Quiero retratarlas como héroes, no como víctimas”, enfatiza la directora.
Israel es “el cielo” para las personas trans, asegura Talleen Abu Hanna, ya que en el resto de naciones de la región no se las acepta.
En ese país, apunta por su parte la directora, la operación de cambio de sexo es gratuita e incluso existe un subsidio para las mujeres trans porque “se reconoce que es muy difícil conseguir un trabajo, aunque aun con eso es difícil, como en todas partes”.
“Para ser honestos -expone Talleen Abu Hanna-, como cristiana árabe que vive en Israel, Israel me dio el ser quien soy. Me dio la oportunidad de ser quien soy, de hacerme la cirugía, de ser una mujer real, de cambiar mi carné de identidad de hombre a mujer”.
“Esto no pasa en muchos lugares de Oriente Medio”, recalca.
La modelo prefiere limitar sus comentarios sobre el actual recrudecimiento del conflicto, pero reconoce que la situación es “muy dura para todo el mundo porque somos humanos”.
“A mí no me gusta la guerra porque he vivido en guerra toda mi vida. Toda mi vida he estado en guerra entre mi cuerpo y mi alma y hoy he hecho las paces entre ellos. Sé lo que significa la paz”, concluye.
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