Escenario

Eliades Ochoa llena de ritmo caribeño al Teatro Metropólitan

La noche del viernes 20 de septiembre, se vio asediada por el poder del ritmo de Eliades Ochoa, una de las leyendas del son cubano

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“Hace 10 años que no venía a México”, compartió el maestro del son

“Hace 10 años que no venía a México”, compartió el maestro del son

OCESA/José Jorge Carreón

Desde tempranas horas la fachada del Metropólitan vio desfilar a varios hermanos del país caribeño, quienes lucían sus mejores atuendos que recordaban a su natal país, quienes en sus palabras expresaron la emoción que era poder observar al maestro en tierras mexicanas, donde además demostraron sus mejores pasos de baile al ritmo del son cubano.

El oriundo de Santiago de Cuba, uno de los pilares del Buena Vista Social Club. También llamado ‘El Johnny Cash Cubano’ regalo una noche llena de ritmo que puso a bailar a más de uno, contando con además con un magistral juego de luces que acompañaba a cada uno de sus versos, ayudando a expresar el sentimiento plasmado en cada uno de sus temas, de manera tan sutil como cambiar solo el color o la mezcla de ellos.

Desde el primer momento que apareció en el escenario el público demostró su intenso cariño por el compositor, con una gran ovación esto desde los primeros instantes reflejo una gran emoción en el artista, quien con una gran sonrisa inició con “Vamos a alegrar el mundo”, uno de sus temas lanzado hace apenas un par de años, mientras que una luz morada iluminaba el escenario.

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La estrella del ritmo caribeño expresó: “Hace 10 años que no venía a México. Estuve aquí hace mucho, pero después empezaron los problemas con los promotores de aquella época, porque los de ahora son buena gente”, compartió el maestro del son, que ahora espera poder volver más seguido.

Su segundo tema fue “Soy Guajiro”, con el que dijo que tenía semejanzas, pues el también se llama Guajiro, mientras que el escenario se recubría de un color rojo que iluminaba los trajes blancos de los 5 músicos que acompañaban a Eliades, resaltando él entre todos por su singular estilo conformado por un atuendo en color negro, así como su singular sombrero vaquero.

Su vasta experiencia, que ha reunido tras 78 años, se veía plasmada en cada uno de sus versos, los cuales ponían a mover a todo el recinto del Centro Histórico al ritmo de su música, logrando que varias parejas abandonaran sus lugares y empezaran a invadir los pasillos, mientras sonaban temas como “Creo en la naturaleza”, “Ando buscando una novia” y “Abrazos de luz”.

“Esta noche vamos a salir de aquí llenos de juventud y de fuerza”, dijo

“Esta noche vamos a salir de aquí llenos de juventud y de fuerza”, dijo

OCESA / José Jorge Carreón

Esta noche vamos a salir de aquí llenos de juventud y de fuerza, para hacer música en cualquier parte del mundo, eso se los agradezco a ustedes que me llenan con todos esos aplausos y cariño, este es el premio que me gusta llevarme a casa, amor con amor se paga”, declaró con gran sentimiento el artista cubano.

La noche continuó con grandes temas, como “Anita tun tun tun”, “Se soltó un león”, tema que puso a bailar a todo el lugar, “Los ejes de mi carreta” y “Canto por ti guajira”, cada uno de ellos acompañado por su propia tonalidad de colores, que entre combinaciones lograban transmitir sensaciones acordes a la letra de sus versos.

Los pasillos se llenaron de parejas que con gran talento mostraban su gran habilidad de baile, tomando una pausa para escuchar las historias que contaba entre canción y canción, como la historia detrás de “Pajarito voló”, donde se escucha la historia de un hombre celoso que limitaba a su mujer en todos los sentidos, quien no pudo resistir que la quisieran privar de su libertad, así que ella siendo libre decidió emprender su vuelo y no seguir con esa vida.

“Este es el premio que me gusta llevarme a casa, amor con amor se paga”, reconoció.

“Este es el premio que me gusta llevarme a casa, amor con amor se paga”, reconoció.

OCESA / José Jorge Carreón

La noche se iba entre los dedos, un par de jóvenes fans del artista aprovecharon un descuido de la seguridad para subir al escenario, donde él sin interrumpir el concierto se tomó una foto con ellos, antes de que un miembro de seguridad se encargara de escoltarlos de nuevo a sus lugares.

Así fue como se vivió la primera fecha del compositor caribeño en tierras mexicanas, con la promesa de que esta no será la última vez que se presente, espera que próximamente pueda estar anunciando más fechas en la capital y resto del país.