Escenario

La Castañeda y la demencia de celebrar 35 años en el Pepsi Center

COBERTURA. La banda capitalina se presentó en el escenario adjunto al World Trade Center México en una noche de nostalgia y mucho, mucho rock

música

“También para nosotros son 35 años de rock and roll y de locura”, dijo emotivo Salvador Moreno.

“También para nosotros son 35 años de rock and roll y de locura”, dijo emotivo Salvador Moreno.

Daniel Luna

Ayer por la noche se presentó una de las bandas más queridas en cuanto a rock mexicano se refiere, La Castañeda, la cual está de gira celebrando los 35 años de carrera y posiblemente la gira de despedida de la banda, la cual congregó a un público variopinto, en su mayoría de la generación X aunque no es su totalidad ya que se percibían jóvenes y niños, igualmente anonadados del espectáculo.

La explanada del Pepsi Center se tiñó de tonalidades oscuras, y poco a poco el recinto fue adquiriendo presencia de los fanaticos de la banda chilanga.

“Espero que no sea el fin de una era, ridículamente siempre va a estar en nuestros corazones La Castañeda, para mi significa haber conocido el rock nacional, el rock mexicano, darle mucho de mi tiempo, darle mucho de mi corazón, darle mucho de mi vida, independientemente de todo siempre han dado un muy buen espectáculo, son unos músicos y unos güeyes muy chingones”, recordó Katia de 40 años previo al concierto y que esperaba escuchar “Transfusión”.

Igualmente para Karla de 43 años, el significado de una banda tan importante es “rebeldía, cambio, renovación, los conocí en diferentes etapas de mi vida y he crecido con ellos básicamente desde mi adolescencia y hasta he tenido la cabeza rapada por su influencia”, dijo.

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Desde su formación en 1989 en la Ciudad de México, La Castañeda ha sido pionera en la fusión de géneros, explorando la flexibilidad del rock y rompiendo los limites, y mezclando con el new wave y otros géneros musicales. A lo largo de su carrera, han lanzado álbumes emblemáticos como Servicios Generales I y II o Globo negro, consolidándose como una de las bandas más influyentes de la escena musical alternativa en México.

Rondando las 20:30 horas comenzó el concierto de “La Casta” , ya saben pa los cuates, con un vídeo retrospectivo que adorno el fondo del escenario incrementando la expectativa y la emoción del público, que abarrotó la venue y quienes eran dignos pacientes del icónico manicomio y parte de esta demente horda que solo 35 años de trayectoria podrían desatar.

Con un par de demonios bajando de lo alto comenzó la noche, totalmente adecuado para interpretará “Lo demonio”, seguida inmediatamente con “El gusano” y una bailarina conceptual hacia un performance ataviada como lo que indicaba el rolón un enorme gusano que finalmente se metamorfoseó en un mariposa. este momento de apertura finalizó con “La cabeza” y “Todo va a pasar”.

El performance se convirtió en parte medular de La Castañeda.

El performance se convirtió en parte medular de La Castañeda.

Daniel Luna

Bienvenidos a este nuevo proceso, a esta etapa diferente y nueva de La Castañeda, gracias por estar aquí porque también para nosotros son 35 años de rock and roll y de locura, estamos muy emocionados y muy agradecidos y queremos regalarles este show así que disfrútenlo y estemos del todo aquí y que el mundo se quede afuera porque esto es una gran cabeza y nosotros somos los pensamientos, las emociones y sentimientos que compartimos”, dijo notablemente emocionado el vocalista y líder de la agrupación Salvador Moreno.

Continuaron con temas como “El hilo”, “La carta” o “Amantes de lo insólito”, “Nancy Llaga” o “Lucrecia”, con lo que consintieron a los fanáticos de hueso colorado y también a los más transitorios o neófitos que descubrieron recientemente la música de La Casta y era su primer concierto.

La Castañeda se dio el lujo de invitar a un par de músicos que lo acompañaron como el baterista David Vega con quien interpretaron “Gris normal” y en un momento emotivo junto a los “saxitos”, hijos de fallecido Eulalio Cervantes “Sax” de La Maldita Vecindad, con quienes interpretaron “La espina”.

Tóxico mágico”, “Frenopatía”, “Ciudad psicótica”, “Gitano demente”, “Del barrio”, “La ventana” o “Vapor” continuaron la noche que llego a poco más de dos horas de las cuales solo descansaron hasta el fin del concierto y la gente no paró de cantar, bailar y lanzar vitores a la banda capitalina.

“Los queremos un chingo banda”, repitió conmovido Salvador Moreno

“Los queremos un chingo banda”, repitió conmovido Salvador Moreno

Daniel Luna

En un tipo intermedio apareció una persona non grata, un mensaje y un actor del maravillosos performance que acompaña a La Casta, el ex presidente Gustavo Días Ordaz, provocando los gritos y vociferos altisonantes, y una que otra mentada de madre, como preámbulo de uno de los mayores éxitos de la banda, “El loco”.

Finalmente y como lo dijo Moreno todo llega a su final y este concierto o era la excepción por lo que siguieron con “La güera” , “Cautivo de la calle”, “Tumba nariz” y “Tloque Nahuaque”, terminaría la noche oficial con “Misteriosa”.

Luego de un breve descanso, que ni dio tiempo de correr a los sanitarios, regresaron para terminar la noche como dios manda cantando, literalmente todos los presentes “Noches de tu piel”, “Cénit” y “Transfusión”, momento donde Salvados Moreno dijo “Gracias de todo corazón, muchas grax por estos 35 años de rock, la casta comienza un proceso de despedida lo que sucederá hasta el julio del próximo año”, provocando algunas lágrimas en algunos fanáticos que aun no procesan la noticia del posible fin de la banda. Además de ser tres temas que están más que arraigados en el cancionero del mexicano, aunque no conozcas a la banda.

“Los queremos un chingo banda”, repitió conmovido Salvador Moreno que junto a los invitados y bailarines e intérpretes teatrales del performance finalizaron agradeciendo cantando “Cayendo” y “La última noche”, con lo que dio por terminado el concierto y posiblemente el inicio del fin de una era.

Punto aparte y al mismo tiempo elemento indiscutible del mismo espectáculo, que onda con el performance que trae consigo La Casta con intérpretes ataviados con ajuares representativos de cada rola como demonios, un gusano que se metamorfoseó en una mariposa, un par de ojos, un doctor chiflado, un vagabundo, una bailarina aérea en un enorme resorte o en una ventana, otra suspendida de su pelo, un enorme doctor de la peste, una mujer arreglándose o tomando un baño, un hombre interpretando a Díaz Ordaz, mujeres en ajuar prehispánico, o la mismísima muerte. Simplemente increíbles además de unos visuales alucinantes, dignos de la banda chilanga.