Escenario

‘No nos moverán’: Una comedia negra a la que le pesa el 2 de octubre

CORTE Y QUEDA. La ópera prima de Pierre Saint-Martin fue la gran ganadora del pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG)

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Fotograma de 'No nos moverán'.

Fotograma de 'No nos moverán'.

CORTESIA

El cine que busca denunciar alguna injusticia tiene un camino complicado, no sólo debe dejar en claro su propósito sino que debe mover al espectador a la reflexión y la autocrítica sobre los hechos se relatan, muchas veces están fracasan por no lograr sobrepasar el panfleto, muchas veces logran ir más allá, pero desafortunadamente, hay ocasiones en que lo relatado parece quedarse a medio camino, eso es lo que pasa con No nos moverán, ópera prima de Pierre Saint-Martin y gran ganadora del pasado Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).

Socorro ha vivido bajo la sombra de la muerte de su hermano ocurrida el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, hecho que la motiva a volverse abogada y que le lleva a planear un perfecto acto de venganza una vez que logre ubicar al soldado que lo hizo. Cuando recibe una pista que la pone en lo que parece el camino desea, su obsesión por llevar a cabo sus deseos pronto le mostrarán las consecuencias de sus actos.

Dirigida por el egresado del ENAC, Pierre Saint-Martin, No nos moverán quiere jugar con la tragicomedia para narrar una historia de venganza y redención, aunque no logra consolidar su idea y queda una cinta que se va tropezando con detalles que impiden funcione del todo. Eso sí, la cinta es fotografiada en obligado blanco y negro como indican las reglas no escritas de lo que debe ser hoy una cinta que aspira a ser considerada de arte.

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La película es, ante todo, su protagonista, una increíble Luisa Huertas que no desaprovecha el papel y que nos entrega uno de los mejores trabajos de su carrera, logrando crear un personaje ambiguo, humano, que lo mismo puede dar los mejores consejos jurídicos como es capaz de torcer la ley para conseguir lo que desea, que lo mismo puede ayudar a otros que consumir con sus obsesiones a sus familiares.

Acompañándola hay varios personajes, siendo el que más destaca José Alberto Patiño, debutante en cine y que se encuentra, desafortunadamente, en otro tono, en otra película, a pesar de ser quien más cercanía tiene con la protagonista, la forma en que se le presenta en pantalla, como un estereotipo que no quiere serlo pero no puede ser otra cosa más que ello, resulta decepcionante. Completan el elenco Rebeca Manríquez, Pedro Hernández, Agustina Quinci y Juan Carlos Colombo.

No nos moverán quiere mostrar la forma en que un hecho sangriento marca a una familia cuando un integrante de ella desaparece por ello, mostrar la forma en que esa acción puede alejar a todos y obsesionar a uno de ellos, quien puede crecer con la fantasía de cobrar venganza, obsesionándose de tal forma en que alineada termina por dinamitar a todos los demás, no sólo en su relación personal, sino en la relación colectiva.

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El filme quiere ser muy respetuosa con el tema, intentando crear algunas situaciones de comedia negra, pero le pesa demasiado el respeto le tiene al tema, frenándose para no caer en la carcajada, y es ahí donde se siente avanza con tientas, con metáforas por momentos muy burdas, como la del gato y la paloma, o las plumas que llenan la pantalla por momentos. Y no es que sea imposible hacer comedia de esos temas, El bulto de Gabriel Retes demostró que se puede.

No nos moverán resulta demasiado obvia por momentos, demasiado dogmática en su esquema, un relato lineal donde hasta el final resulta sumamente predecible mucho antes de que lleguemos a él, y ese es quizá el punto más débil del trabajo, su guión, el cual descansa en lugares comunes del tema y que no arriesga.

La película busca impresionar sobre todo al público extranjero y a aquellos que no están acostumbrados a ver cine de denuncia, para ellos funcionará como una forma de entrarle al tema de lo vivido en México, pero dentro del panorama nacional se siente fallida siendo lo obvia de ella lo que aleja a los que ven más de este tipo de cine. Aún así, una de las cintas obligadas ya del año cinéfilo mexicano.