Con la sangre cinematográfica corriendo en sus venas, Natalia García Agraz, hija del cineasta José Luis García Agraz (Nocaut, 1984; Desiertos Mares, 1995) ha forjado paso a paso su camino en esta industria. Después del éxito que tuvo con El último romántico y otros cortometrajes, ahora presenta Passarinho que tendrá su debut en la competencia del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) además de tener paso por Tribeca en Nueva York.
Crónica Escenario charló con la joven cineasta al respecto de esta nueva historia que viene de un lado más personal: “Me inspiré en una anécdota real que me pasó una vez que fui al estadio con mi mejor amiga y mi mamá. Y no fue la primera vez que tuve mi menstruación, sino como la segunda. El cortometraje lo hice a través de mi escuela, que es el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y fue mi tesis”, dijo.
“A la hora de sentarme a pensar qué historia quería contar, pues esta anécdota regresaba un montón porque era muy graciosa por un lado y por otro porque realmente quería contar un relato de puras mujeres que fuera también generacional”, expresó.
Justamente, García Agraz mezcla con humor esta etapa en la vida de las mujeres con el deporte más popular del mundo. “Buscaba jugar con esta frontera entre ser una niña y empezar a madurar. Aunque me parece falso que cuando menstruas te vuelves una mujer, pero sí empieza un camino a la madurez”, comentó.
“Entonces quería que pasaran de algo muy infantil y mucho más juguetón, a que, de pronto, este elemento de la vida real las interrumpe y les representa un reto para conocer a su héroe. Ahí es donde se devela un poco el corazón de lo que quería contar de esta peli, que es la conexión con la mamá y como estos dos personajes que están muy distanciados de pronto, a través de todo lo que les pasa, pero específicamente de la menstruación, se entienden”, señaló.
Para algunos, hablar tan abiertamente de la menstruación sigue siendo una especie de tabú, algo que la egresada del CCC cree que es cuestión generacional. “Es muy loco que hablar sobre ello va cambiando dependiendo de la generación y también de la circunstancia social”, expresó.
“Pero justo a mí me pasó que tuve la suerte de que mi mamá me acompañara y me explicara todo, que fuera muy amorosa en ese momento. Más grande, platicando con ella, me dijo que a ella las monjas solamente le dieron una toalla sanitaria. Eso me conmovió un montón y de ahí partió un poco la idea de mostrar que sí hay un avance generacional y muy amoroso de narrar las cosas”, confesó.
“Mi sobrina de 11 años ya está súper informada y por lo menos en este mundo existen ya muchas personas para las que el tema no es tabú sino algo normal y de lo cual no hay que avergonzarse”, añadió García Agraz.
“También por eso quería hablar desde la comedia, para que no fuera un evento solemne, trágico y difícil, sino algo que tiene muchos matices y que también puede ser chistoso y con lo que podemos conectar”, siguió.
Asimismo, la realizadora mexicana rememoró un poco de su pasión por el fútbol y esa peculiar dedicatoria a Lionel Messi al final del corto. “Cuando tenía esa edad, como a los trece, era súper futbolera y en realidad nosotras queríamos conseguir el autógrafo de Oswaldo Sánchez, portero de las Chivas”, comentó.
“He cambiado bastante de jugador favorito y dije: ‘si soy honesta conmigo, ahorita mi predilecto es Messi’. Así que esa dedicatoria es como un homenaje a las tres personas que estuvieron conmigo cuando me bajó, que fue mi mejor amiga, mi mamá y mi jugador favorito en ese entonces”.
Uno de los principales retos para Natalia fue el grabar dentro del estadio de La Corregidora en Querétaro. “Fue complicado gestionar que nos prestaran un estadio. Hicimos un scouting muy grande, preguntamos en CU, en el Estadio Azul, en un montón de lugares. Y al final el fotógrafo que es de Querétaro, José Grimaldo, Daniela Mosca, que es la productora y yo, hicimos un muy buen equipo y fuimos para allá donde nos prestaron el estadio y la verdad fue increíble y muy chido que nos hayan apoyado”, explicó.
“Ya que logramos desbloquear este reto, ahora estaba el desafío de cómo retratar este lugar, porque además de que es gigante y te sientes diminuto con la cámara, también es un espacio que no puedes controlar. Teníamos muchísima adrenalina cuando estábamos filmando en los partidos y demás, pero la verdad que fue muy divertido todo”, afirmó.
Estar entre las gradas casi llenas durante un par de partidos presentó otro tipo de reto para la cineasta. “Hay gente que me pregunta si lo llené de extras o si son efectos especiales, pues obviamente no. La solución más orgánica era filmar en dos partidos reales y meter a las actrices en ese contexto”, mencionó.
“El desafío ahí fue el sonido, que no se ensuciara horrible y tener que doblarlo todo. Y luego las actrices, que son chiquitas, que estuvieran concentradas y que nadie cruzara cuadro, porque luego sí pasaba gente y saludaba a cámara. Pero todos en el crew estábamos muy emocionados y nos sintonizamos muchísimo”, añadió.
A su vez Passarinho obtiene el título con otra gran referencia al fútbol, la figura de cierto jugador brasileño importante que se retiró en Querétaro. “Esa fue una gran idea del co-guionista, Gerardo Lechuga, buscando también un pequeño homenaje a Ronaldinho, porque también fue un jugador que me gustaba mucho y él jugó una final y se retiró ahí”.
“Entonces, para los conocedores, es como un guiño a eso ya que Passarinho juega su último partido y se va a retirar y demás. La idea me gustó un montón. Suena muy bonito y es muy particular”, manifestó García Agraz.
Hablando de Brasil, para Natalia fue una gran influencia, sobre todo en el aspecto de la música. “Queríamos meter este elemento, somos muy fans de Brasil y queríamos ese elemento carioca que está bastante en la música, que la hizo mi hermano Tomás, y otro chico muy chido que se llama Sebastián Antón-Ojeda”, comentó.
“La verdad también fue un proceso súper lindo y cuando vi por primera vez el corto con música, me emocioné un montón. Al final también nos llevamos muy bien y como el corto es sobre nuestra mamá, pues también le emocionaba. De hecho la pieza del final la compuso mi hermano solito y la tituló Patricia porque así se llama nuestra mamá”, agregó.
Otro desafío en Passarinho sin duda fue el hacer un proyecto tan personal y el poder marcar la línea entre la ficción y lo semibiográfico. “La verdad, sí se volvió una peli muy personal y de pronto sí estaba muy sensible cuando ya la estaba editando y demás porque no sabía si estaba chida o a la altura. Me costaba desapegarme, pero también estaba pasando algo increíble con el crew y las actrices”, dijo.
“Las cosas se van transformando bastante, y al final sí representan personajes, uno siendo yo, muy importantes de mi vida, que fue mi mejor amiga de ese entonces y mi mamá. Fue un ejercicio de hacer algo muy íntimo y amoroso, para mí es una carta de amor a estas personas”, añadió emocionada la directora.
Pero para captar el alma de Passarinho necesitó de un trío de actrices, dos de ellas jóvenes, para armar esa relación adorable del relato. “Me encantan los niños y las niñas y como también quería que este corto fuera para un público infantil y adolescente, que luego están bastante abandonados, el trabajo con estas dos actrices fue súper lindo, y ellas son unas pros. Primero casteamos a la protagonista que es Camila Robertson, que ya la conocía de varios cortos del CCC en los que había actuado, y es muy entrañable y muy linda, y luego Isabela Patrón”, reveló.
“Al final, entre ellas y la mamá, que es Naomi Romo, se armó algo muy bonito de también hablar sobre la menstruación con ellas, y pues había distintas generaciones como a la que todavía no le pasaba, a la que le acaba de pasar, y a la mamá, que ya lo había vivido. Fue muy chido que todo el mundo estaba hablando de eso todo el tiempo, hasta los hombres del crew intentaban involucrarse y demás. Viéndolo hacia atrás fue un proceso muy bonito y de mucha conexión, la verdad”, complementó la directora.
Finalmente, Natalia no ocultó la emoción de que su cortometraje más reciente comparta estas ventanas de exhibición nacional e internacionalmente. “Estoy súper contenta y todo el equipo también, porque también fue un reto de mucho trabajo y tiempo. Filmamos a finales de 2019 y pues tener un estreno simultáneo internacional en Tribeca y nacional en Guadalajara se siente muy bonito”, expresó.
“Nos entusiasma muchísimo poderlo compartir, porque estuvo mucho tiempo en el proceso de postproducción, porque se atravesó la pandemia. Todo se alargó bastante pero esto se siente como un gran regalo, la verdad”, concluyó.
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