Escenario

‘Profesión peligro’: Escapismo cinematográfico en su forma más pura

CORTE Y QUEDA. El filme es dirigido por David Leitch y protagonizado por Ryan Gosling y Emily Blunt en uno de los filmes más divertidos en lo que va del año

Obi-Wan Kenobi, la serie
Fotograma de 'Profesión peligro'. Fotograma de 'Profesión peligro'. (CORTESIA)

En 1981, a la pantalla chica de la Unión Americana arribó una serie intitulada The Fall Guy (rebautizada en México como Profesión Peligro), en la cual fugitivos, ladrones, asesinos y todo tipo de criminales eran capturados por un cazarrecompensas cuya verdadera identidad era la de Colt Seavers, un doble de riesgo y experto en efectos prácticos cinematográficos, quién justamente usaba esas habilidades para atrapar a los malhechores.

Dicha serie estaba protagonizada por Lee Majors, un héroe de acción de esos tiempos, quien años atrás estelarizara otra serie televisiva que se volvió legendaria: The Six Million Dollar Man (El hombre nuclear).

Ahora que (para bien y para mal) es tendencia hollywoodense hacer adaptaciones cinematográficas de series provenientes de décadas pasadas, le tocó el turno a esta producción concebida por Glen A. Larson. Y el encargado de traerla del pasado al presente es David Leitch, cineasta responsable de títulos como John Wick (2014), Atómica (Atomic Blonde, 2017), Deadpool 2 (2018) y Tren bala (Bullet Train, 2022).

En esta versión, Colt Seavers (interpretado por el actor Ryan Gosling) es el doble de riesgo del glamoroso y egocéntrico Tom Ryder (Aaron Taylor-Johnson) una estrella quien se ha vuelto todo un ídolo en el rubro del cine de acción. Mientras rueda la escena de una aparatosa caída desde un edificio, algo sale mal y Colt termina con una fuerte lesión, orillándole a retirarse prematuramente.

Tiempo después, cuando Seavers ya está alejado de los sets y se gana la vida haciendo trabajos más comunes (y menos peligrosos), recibe una llamada de la productora Gail Meyer (Hannah Waddingham), quién le pide que regrese para apoyar nuevamente a Ryder en su nueva producción intitulada Metalstorm, la cual además será el debut como directora de Jody Moreno (Emily Blunt), con quien el stuntman sostuvo una relación romántica que se interrumpió tras el accidente.

Colt acepta y viaja al lugar de la filmación. Pero al estar allí descubre que la productora le mintió, y la verdadera razón por la que está allí es porque ella desea que le ayude a investigar el paradero del actor Tom Ryder, el cual se involucró con gente peligrosa y lleva varios días sin que se sepa nada de él, por lo que teme lo peor. Pero desea que Seavers lleve sus pesquisas de forma discreta y sin involucrar a la policía para no perjudicar en ninguna forma a la producción y debut fílmico de Jody.

El doble de riesgo acepta, y así se desenvuelve en tres frentes: rueda sus escenas de acción de forma profesional, intenta reparar su relación con Moreno y retomar las cosas desde donde las dejaron, y averiguar lo ocurrido con Tom. Pero esto último comienza a complicarse, y termina involucrado en una historia de intrigas y asesinatos donde (al igual que su equivalente televisivo) deberá echar mano de las herramientas de su oficio para salir avante.

Mezclando la acción con otros géneros como la comedia y el suspenso, David Leitch desarrolla una historia liviana y divertida, que transcurre con agilidad y logra que no decaiga el interés. 

Asimismo, sabe aprovechar las habilidades y la excelente química cómico-romántica mostrada en pantalla por la dupla Blunt-Gosling, quienes cuentan además con el apoyo de un reparto eficaz. Todo ello complementado por la vistosa fotografía de Jonathan Sela y un formidable soundtrack compuesto por Dominic Lewis, e integrado también por algunas conocidas piezas musicales de rock.

Leitch prueba contundentemente haber sido la elección correcta para llevar a la pantalla grande la serie ochentera homónima. En primer lugar, no solo entiende lo inverosímil de su premisa original, sino que le saca provecho a través del guión escrito por Drew Pearce, el cual potencia algunos de esos aspectos para, a partir de ellos; elaborar dinámicas y espectaculares secuencias de enfrentamientos y peleas (cuerpo a cuerpo y/o con todo tipo de armas), persecuciones en diversos vehículos y arriesgados saltos y acrobacias de todo tipo, que constituyen el corazón del filme.

Y en ese sentido, la experiencia de Leitch como especialista y coordinador de escenas de riesgo resulta fundamental. Cabe mencionar además que en esta ocasión, se privilegiaron los efectos prácticos sobre los digitales y con ello, además de darle más espectacularidad a la película, se mantiene fiel al espíritu de la misma, que exalta la labor de los dobles de riesgo, al grado de sentirse como una carta de amor hacia esa labor un tanto menospreciada en los últimos años debido al uso del CGI y otros efectos digitales similares. 

Y no solo eso, sino que Profesión Peligro es cine dentro del cine, mostrando por un lado el detrás de cámaras del proceso cinematográfico, al tiempo que propone cierta metaficcionalidad en su trama, donde los personajes entran y salen de la película que están rodando; hacen guiños a algunos de sus alter egos de otras producciones donde han participado; el filme muestra y/o evoca escenas de otros filmes de Leitch, y sostiene conexiones con algunos clásicos del cine de acción de ayer y hoy -y desde luego, ostenta varias referencias a la serie original-; y también se incluyen por ahí varios cameos, destacando el de otro afamado actor especializado en cine de acción.

Desde luego, todo ello sin quitarle reflectores al oficio del stuntman, incluso aventurando una tesis interesante y discutible: puedes cambiar a un estelar de una película de acción, pero sin dobles de riesgo no hay tal película.

Y la clave para que todo esto funcione es que, aunque todos los involucrados en la producción desempeñan su trabajo con profesionalismo, tampoco es que se lo tomen demasiado en serio y se desempeñan con una sana ligereza y tono satírico, añadiéndole con ello una jocosidad extra a la misma, dando por resultado un filme endemoniadamente disfrutable, y que se asume como lo que es: escapismo cinematográfico en su forma más pura. Y con un agradable sabor a cine de acción de antaño.

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