El cineasta haitiano Raoul Peck, conocido por obras como I am not your negro, sobre el escritor James Baldwin, reivindica en su nuevo documental la figura de Ernest Cole (1940-1990), uno de los fotógrafos sudafricanos que mejor retrataron y dieron a conocer la realidad del apartheid en su país.
“Es muy emocionante”, aseguraba Peck al presentar la película anoche, fuera de competición, en la edición 77 del Festival de Cannes.
Bautizado Ernest Cole: Lost and found, el documental nació de una petición a Peck del sobrino del propio Cole, Leslie Matlaisane, después de que en 2017 la familia del fotógrafo recuperara misteriosamente una colección de 60 mil negativos -la mayor parte del archivo de Cole se estimaba perdido- que aparecieron, sin explicación aún, en tres cajas fuertes de un banco de Suecia.
“No es seguro que vaya a hacer un filme pero te voy a ayudar a organizar el archivo”, explicó anoche Peck que le dijo a Matlaisane.
Trabajando con esas imágenes, el cineasta haitiano se dejó fascinar al repasar las instantáneas recuperadas y al redescubrir fotos que ya conocía de cuando de joven militaba por la liberación del pueblo negro sudafricano.
En el documental, Peck revisita fotografías icónicas de Cole, nacido en uno de los antiguos guetos de las afueras de Pretoria, con una voz en off narradora que analiza -como si se tratara del propio autor de las imágenes- los códigos, los sinsentidos y la brutalidad cotidiana del sistema de segregación racial sudafricano.
Su cámara se fija, por ejemplo, en los bancos en la calle con la leyenda “Only Europeans” (solo europeos), en los actos de arbitrariedad policial contra los no blancos, en las colas separadas por razas o en el día a día de las mujeres negras que cocinan, crían a los niños y limpian las casas de la minoría sudafricana blanca.
A través de esas imágenes y de otros materiales de archivo, Peck expone también el tortuoso camino de la vida de Cole, que abandonó Sudáfrica por Estados Unidos engañando a las autoridades para ser clasificado como mestizo, en lugar de como negro, para poder tener acceso a una ínfima porción más de derechos pese al apartheid. Lo hizo, además, sacando con él en secreto sus imágenes.
La película revela que aquel exilio no fue fácil, ya que aunque la fama de Cole explotó con la publicación del libro House of Bondage, el marco de referencia del artista fue siempre su Sudáfrica natal.
Pasó también por Suecia, Dinamarca y Reino Unido, pero sobre todo le sorprendió ver que fuera de África, la situación sudafricana solo era un asunto menor y que sociedades como la estadounidense, aún sin leyes de 'apartheid', eran también profundamente racistas.
Nunca pudo volver a tener un pasaporte legal de su país y murió en 1990, en Nueva York, cuando por fin Sudáfrica comenzaba a desmantelar el sistema de segregación racial y tendía los puentes hacia una complicada democracia que solo se conquistó finalmente en 1994.
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