Cate Blanchett presentó en Cannes, fuera de competición, Rumours, una película dirigida por Guy Maddin y los hermanos Evan y Galen Johnson, que llenó el festival de risas con una comedia sobre el “absurdo” mundo del G7.
Cuando se ven imágenes de las reuniones del G7, que reúne a siete de los países más desarrollados, da la impresión de que todo es un poco extraño y de que los líderes supuestamente más poderosos “están desconectados de lo que pasa en el mundo”, señaló Maddin en rueda de prensa.
“Vemos lo que dicen, sus esposas se saludan y todos parecen tener una relación muy amistosa aunque al final se declaren la guerra, es un poco extraño”, agregó el realizador.
Para Blanchett esas reuniones son casi como una performance. “La situación en la que ponemos a nuestros líderes es absurda”, no parece “ni vagamente” algo natural.
A lo que Evan Johnson agregó que en la preparación de la película entendieron que “esas personas no tienen gran cosa que decir” y eso es lo que tratan de mostrar en su trabajo. “Merecerían más estar en prisión, por crímenes de guerra, por ejemplo”, agregó.
Blanchett es la canciller de Alemania; Denis Ménochet, el primer ministro francés; Roy Dupuis, el canadiense; Nikki Amuka, la británica; Takehiro Hira, el japonés; Rolando Ravello, el italiano, y Charles Dance el presidente de Estados Unidos, mientras que Alicia Vikander -ausente de la rueda de prensa- es la presidenta de la Comisión Europea.
Todos, menos la representante comunitaria, se reúnen para cenar y escribir el comunicado final de la reunión que han mantenido en Alemania. Y, de repente, se encuentran solos, rodeados de una espesa niebla y con una especie de muertos vivientes que les acechan.
Ese es el planteamiento de una película que parece partir de los chistes de “Era un español, un inglés y un francés…” para tirar, de manera inteligente, de los tópicos y construir cada personaje a imagen de lo que esperamos de cada país.
Los actores cumplen bien sus papeles dentro de la locura que se han inventado Maddin y los Johnson, que, “de alguna manera, es menos real que el mundo real y, a la vez, más real que el mundo real”.
El equipo no paró de hacer bromas y comentarios jocosos durante toda la rueda de prensa, como Charles Dance, un británico en el papel del presidente de Estados Unidos: “es relativamente fácil ser divertido interpretando a políticos, especialmente en Inglaterra yo no paro de reír cuando los veo”.
Tanto que Blanchett tuvo un ataque de risa que le hizo llorar ante un comentario inaudible de Menochet sobre una anécdota previa que contó Maddin sobre un político de un partido de extrema derecha que quería financiar su campana vendiendo su semen.
Un ambiente que reflejaba el que hubo durante el rodaje, según señaló Amuka, a lo que Blanchett agregó que fue un trabajo “delicioso”.
Aunque ninguno de los actores quiso decir en quién se habían inspirado para crear sus personajes, Menochet dijo que le gustaba mucho François Hollande, y Dupuis mencionó a Pierre Trudeau, mientras que Ravello aseguró que quiere una primera ministra como Blanchett pero que desgraciadamente en Italia tienen “a otra rubia” a la que él no votó.
Una película que se titula Rumours como el álbum de 1977 de Fleetwood Mac, porque era el más famoso del grupo “desde el punto de vista creativo y todos se acostaban entre ellos, así que tenía sentido para nosotros”, señaló Galen Johnson, que precisó que nadie les cuestionó ni les preguntó por el título, ni siquiera los productores.
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