‘Un viaje al corazón’, una historia sobre el sueño americano entre la fe y el miedo
ENTREVISTA. Crónica Escenario habló con el cineasta Alonso Álvarez Barreda y los protagonistas del filme Omar Chaparro y Mercedes Hernández
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Fotograma del filme.
Llegó el estreno de Un viaje al corazón, cinta melodramática que habla sobre un padre y lo que está dispuesto a hacer por salvar la vida de su hija mientras muestra el duro espectro de la experiencia de los migrantes en busca de una mejor oportunidad de vivir.
Encabezada por Omar Chaparro como Julián, Crónica Escenario charló con el popular actor así como con su coprotagonista, Mercedes Hernández y el director y coguionista del filme, Alonso Álvarez Barreda, sobre esta propuesta cinematográfica.
“Creo que llegó justo en el momento que tenía que llegar este proyecto. Estaba confundido con la vida, en uno de esos momentos que nos llegan a hacernos cuestionarnos tanta cosa”, confesó Chaparro.
“Y como artista, estaba en una etapa introspectiva pero triste, debo decirlo. Pero cuando llegó esta película, simplemente decidí dejar de enfocarme en mis problemas y puse la óptica en esta historia y resultó enriquecedor porque me sacó del lugar oscuro donde estaba y transmuté toda esa energía en Julián. Entonces salí ganón, porque cambié la tristeza por emoción y fue algo bien bonito, creo que fue un regalo mutuo entre Omar y Julián”, dijo.
Una de las cosas que toca la cinta es la perspectiva del migrante, algo con lo que Álvarez Barreda está familiarizado.
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“He tenido la fortuna de estar en ambos lados de la frontera. Crecí en Tampico, Tamaulipas y desde los 12 años quería ser director de cine pero por más que intenté en México, nunca pude. Entonces siempre el sueño fue cruzarme al otro lado para ir a ver si lograba ser director de cine. Así que entiendo la perspectiva del migrante que sale de su país en busca de algo”, comentó.
“Pero también entiendo que, inclusive cuando llegas ahí, no es lo mismo que pensabas y siempre extrañas a tu país. Además, me tocó también estar en la situación donde me querían deportar. Entonces esa sensación de tener que regresar a México y cuestionarme por mi sueño o reconocer que era un fracaso”, siguió.
“Entonces, como alguien que ha tenido esas emociones, que se siente feo y luego tardas mucho en resolver esos temas legales, me da mucha responsabilidad contar una historia de ambas partes”, continuó detallando el director.
“Hay muchas cosas que me pasaron donde, al igual que Julián, fui teniendo esas realizaciones de estar en esa situación, lo que podía hacer y también estar abierto a esos cambios y sufrir mucho de ver cómo se trata al ser humano tan inhumanamente en esas situaciones, sobre todo cuando leía casos de que metían a los niños en jaulas, y que luego nos tocó verlo. Entonces era muy impactante y espero que la película le eche más luz a ese tema”, añadió a su vez Alonso.
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Mercedes Hernández da vida a Doña Meche, que se convierte en una persona que brinda esperanza a la misión de Julián, otro factor que rescata el filme. Al respecto, la actriz comentó:
“Ciertamente, le brinda eso al personaje pero creo también impulso. Porque él pudiéndose quedar ahí, se siente un poquito mejor y sigue su camino mientras recibo a otros migrantes. Incluso cuando vuelve le digo ‘mijo, te lo dije’. Entonces, la esperanza no es un estado dubitativo ni de inacción sino que también te lleva a ir a buscar lo que quieres”, expresó.
“Creo que sí hay que tener esperanza, fe, pero no te puedes quedar sentado. Y es lo que hace este personaje maravilloso y con el que conecté tanto. Hay una frase muy bonita que leí la otra vez que dice: la fe y el miedo tienen algo en común. Ambas te hacen creer en algo que todavía no existe. Pero entonces, tú decides”, sumó Omar.
“Si estás enfocándote en alguna realidad catastrófica, entonces es miedo. Y si pones tu atención en todo lo maravilloso que te puede suceder, es fe. Pero todo empieza con el movimiento”, agregó.
“Julián tenía los días contados porque aquí la motivación es enorme, es la vida de tu hija, pero es insistir, no perder la fe, la esperanza e insistir para que sucedan las cosas”.
“Para que exista la esperanza tiene que existir lo opuesto. Queríamos hacer una película donde también se ve lo feo para que brille lo bonito. Soy súper fan de las historias como Sueños de fuga, que destacan la perseverancia porque los pones a estos personajes en situaciones extremas donde es más fácil rendirse o tirar la toalla a veces, pero no te dejas”, destacó Alonso.
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“Entonces, cuando escuchas los cinco días que se tienen que aventar los migrantes caminando y todas esas cosas y sabes estos relatos, quieres aplaudir porque todo empieza con un salto de fe de que puedes llegar”, manifestó.
Finalmente, Chaparro y compañía reflexionaron sobre cómo los cambió esta historia a nivel personal. “Yo soy otro, Omar, sobre todo porque se hizo hace tres años y han pasado tantas cosas, pero aprendí muchísimo en este proyecto de mis compañeros, de la historia, de Julián y de mí también. Creo que uno suele encontrar los tesoros más brillantes en los lugares más oscuros”, aseveró el histrión mexicano.
“Para mí era padrísimo ver a estos actores caracterizados en esos lugares donde filmamos. Había gente con infecciones en los ojos, vomitando, no podías respirar. Se siente el lugar, es de verdad icónico, no sé si de manera buena o mala”, dijo el cineasta.
“Entonces para mí, aunque me sentía mal de que estuvieran ahí sentados en ese tiradero, también era bien padre estar ahí, porque aprendí la importancia de luchar por esas situaciones. Aunque era más fácil irnos a otra pared y ambientar, para mí era fundamental estar en este lugar y mostrarlo en la pantalla”, finalizó el director.
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