Escenario

Giménez Cacho: “El cine puede no cambiar el mundo de manera inmediata, pero tiene el poder de generar conciencia”

ENTREVISTA. El actor habló con Crónica Escenario en el marco del Festival Internacional de Cine de San Sebastián donde presentó ‘El Jockey’ que ganó el Premio Horizontes Latinos

séptimo arte

El actor Daniel Giménez Cacho.

El actor Daniel Giménez Cacho.

David Sánchez

En el icónico Hotel María Cristina de San Sebastián (España), Daniel Giménez Cacho recibe a Crónica Escenario con una sonrisa cálida. El actor mexicano ha llegado al Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2024 para presentar El Jockey, una película argentina dirigida por Luis Ortega que prometía ser una de las más comentadas del festival y lo cumplió al ganar el premio principal de la sección Horizontes Latinos.

Giménez Cacho forma parte de este ambicioso proyecto en un papel breve pero crucial, interpretando a un mafioso que controla el destino del protagonista. La película sigue la vida de Remo Manfredini, interpretado por el talentoso actor argentino Nahuel Pérez Biscayart, un jockey legendario cuyo comportamiento autodestructivo comienza a eclipsar su brillante carrera y amenaza su relación con Abril, encarnada por la española Úrsula Corberó.

En el día de la carrera más importante de su vida, aquella que podría liberarlo de sus deudas con Sirena, su jefe mafioso (Daniel Giménez Cacho), Remo sufre un grave accidente. Tras ser ingresado en el hospital, desaparece misteriosamente y comienza a vagar por las calles de Buenos Aires, sin rumbo fijo y libre de las ataduras de su identidad.

A lo largo de este deambular, Remo empieza a descubrir quién está destinado a ser realmente, mientras Sirena lo busca incansablemente, vivo o muerto. En este oscuro viaje lo acompaña la chilena Mariana Di Girolamo, quien interpreta a un personaje clave que ayuda a Remo a entender su lugar en el mundo.

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Para Daniel Giménez Cacho, colaborar con el director Luis Ortega fue uno de los grandes atractivos de unirse al proyecto. Ortega, conocido por su capacidad para retratar personajes marginales y ambientes oscuros con una sensibilidad única, llevó el proyecto hacia una dirección visual y narrativa que desafía las expectativas. El Jockey no es solo una película sobre carreras de caballos o mafiosos, es un estudio sobre la identidad, la pérdida, y la redención.

“Ortega tiene una visión muy particular”, señala Giménez Cacho. “Es capaz de crear una atmósfera cargada de tensión emocional, pero también de momentos muy íntimos que te permiten conocer a los personajes en su núcleo más vulnerable. A pesar de que la historia tiene elementos de thriller, es, ante todo, una película sobre el viaje interno del protagonista”.

Sobre su rol en la película, Daniel señala que “interpretar a Sirena fue un reto fascinante, porque es un personaje que representa esa figura opresiva, ese control que siempre está sobre los hombros de Remo. Aunque no aparece mucho en pantalla, su influencia es constante, y eso es lo que lo hace tan interesante”.

El cine iberoamericano ha sido siempre una parte fundamental de la carrera del actor, y en San Sebastián, un festival que tradicionalmente ha dado espacio a estas producciones, el actor reflexiona sobre la riqueza y la importancia de la cinematografía de la región: 

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El cine iberoamericano tiene una diversidad de miradas impresionante. Nuestras historias están llenas de conflicto, resistencia, supervivencia, pero también de amor y creatividad. Esa diversidad es clave para entender el mundo de hoy”, expresó.

Para él, el cine es una herramienta poderosa que permite compartir experiencias y perspectivas que muchas veces quedan fuera de las narrativas hegemónicas. “La diversidad no es solo un tema de inclusión; es una cuestión de sobrevivencia. Si solo tenemos una visión del mundo, no seremos capaces de enfrentar los grandes desafíos globales. Por eso es tan importante que el cine iberoamericano siga siendo visible y valorado”, añade.

A lo largo de su carrera, Giménez Cacho ha demostrado ser un actor versátil y comprometido, pero también ha mostrado un creciente interés por la dirección. Después de varios años en el escenario y frente a las cámaras, decidió dar el salto detrás de ellas para contar historias que lo afectan personalmente.

Su próximo proyecto como director ha sido un esfuerzo titánico que ha tardado cinco años en materializarse, pero que aborda un tema crucial: la violencia contra los periodistas en México.

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“Es un tema que me toca profundamente”, admite. “México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, y eso me hizo reflexionar sobre la importancia de contar esas historias desde una perspectiva más humana”.

Su película no solo denuncia la violencia, sino que se enfoca en la experiencia interna de los periodistas que enfrentan estas amenazas a diario: “No quiero caer en la trampa de retratarlos como héroes o víctimas. Lo que me interesa es cómo sobreviven emocional y psicológicamente a esta realidad tan brutal”, expresó.

El proyecto, que ha generado gran expectativa, refleja el compromiso de Giménez Cacho con el arte como una forma de resistencia y como una herramienta de cambio social. “El cine puede no cambiar el mundo de manera inmediata, pero tiene el poder de generar conciencia y, a largo plazo, puede ser un catalizador para el cambio”.

El país ha sido señalado repetidamente como uno de los lugares más peligrosos para la prensa, con un número alarmante de asesinatos y desapariciones de periodistas. “Es desgarrador ver cómo el periodismo en México está bajo constante amenaza”, explica. “Sin embargo, sigue siendo una herramienta esencial para mantenernos informados y defender la democracia”.

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El cineasta destaca la importancia de los periodistas independientes, que muchas veces trabajan en condiciones extremadamente precarias para informar sobre lo que realmente ocurre en sus comunidades. “Son estos cronistas locales los que nos permiten ver el México profundo, más allá de lo que los grandes medios quieren mostrar. Es crucial que los protejamos y que su labor no sea silenciada”, sostiene.

A pesar de la sombría realidad que retrata en su película, Giménez Cacho se muestra moderadamente optimista sobre el futuro. “El periodismo en México está en peligro, pero también veo mucha resistencia. Hay periodistas que, a pesar de todo, siguen trabajando con valentía y pasión. Eso me da esperanza”.

Cuando se le pregunta si cree en un México libre de violencia contra los periodistas, Giménez Cacho responde con sinceridad: “Lo veo como un deseo profundo, más que como una realidad cercana. Pero creo que es posible, y debemos seguir luchando por ello”, expresó.

En otro tramo de la conversación, el actor habló sobre los personajes que le gustaría interpretar en el futuro. Sorprendió al mencionar a Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo, como uno de sus sueños no cumplidos. Maciel, una figura altamente controversial en México, fue denunciado por abusos y corrupción durante décadas, y su historia sigue siendo objeto de investigación y polémica.

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Otro personaje que le fascina es Emilio ‘El Tigre’ Azcárraga, quien fue el líder de Televisa y un actor clave en la historia de la radio y la televisión en México, estrechamente ligado al poder político. Para Giménez Cacho, la historia de Azcárraga representa una ventana para explorar cómo los medios de comunicación han moldeado y, en algunos casos, controlado la narrativa pública del país.

A lo largo de su carrera, Daniel Giménez Cacho ha trabajado con algunos de los más importantes cineastas del mundo, como Pedro Almodóvar y Alejandro González Iñárritu. Al ser preguntado sobre con quién le gustaría trabajar en el futuro, tanto vivos como fallecidos, no dudó en mencionar a François Truffaut, el célebre director francés. “Con François Truffaut, me hubiera encantado trabajar. Su manera de abordar el tema político y social me encanta”, cerró con entusiasmo.